Elena Sánchez

NOCHE DE SOMBRAS


La luz tenue de mis ojos
se
transformó en noche.
La
lluvia que mis pupilas dispersaban
evidenciaba mi marchita esperanza,
pero
aún albergaba un aliento
para
seguir en la lucha
que
se llenaba de añoranzas.
Media hora me pareció
un año lleno de amargos presagios,
llenos de llanto, risa, resplandor...
Un
minuto me pareció una tarde,
que
escondía miradas acechantes.
Era
como el despertar en una vida,
descubrir algo maravilloso,
en
medio de la tristeza.
Apareciste, entre las sombras,
como
un dios divino,
que
sin apenas decir nada,
percibía mis movimientos.
Era
como divisar la Tierra
desde las más altas montañas.
Entonces, desaparecieron las tinieblas.
El
sol alegró la mañana
tiñendo en rojo todo lo percibido.