Emilio Medina Muñoz

Tu Viento.



En un pliegue del viento guardo un beso
de una risa permanente enamorado;
esa brisa juguetona lo ha dejado
repartido en lo mejor de tu universo.

Le das paz a lo amargo del reverso
de la vil moneda que he sacado,
de ese bombo con sorteo realizado
cuando fui colocado en este verso.

Al llegar a mis ojos tu presencia
asomada al balcón de aquellos días,
me dejaste en un mar de fantasías.

Gozaré al final con la prudencia
del terceto que remata poesías,
de un soneto arrebatado de alegrías.