Cuarteto de pompeya
               
I
Nos desnudamos tanto 
hasta perder el sexo 
debajo de la cama,
nos desnudamos tanto 
que las moscas juraban 
que habíamos muerto.
Te desnudé por dentro, 
te desquicié tan hondo 
que se extravió mi orgasmo.
Nos desnudamos tanto 
que olíamos a quemado, 
que cien veces la lava 
volvió para escondernos.
II
Me hiciste tanto daño 
con tu boca, tus dedos, 
me hacías saltar tan alto
que yo era tu estandarte 
aunque no hubiera viento. 
Me desnudaste tanto
que pronuncie mi nombre 
y me dolió la lengua, 
los años me dolieron.
Nos desnudamos tanto 
que los dioses temblaron, 
que cien veces mandaron 
las lavas a escondernos.
III
Te frotabas tan rápido 
los senos que dos veces 
caí en sus remolinos,
movías el culo lento, 
en alto, para arrearme 
a su negra emboscada,
su mediodía perenne. 
Abrías tanto su historia, 
gritaba su naufragio...
Nos denudamos tanto 
que nonos conocíamos, 
que los dioses mandaron 
la lava a reinventarnos.
IV
Te desmentí de cabo 
a rabo devolviéndote 
a tus primeros actos,
te escudriñé profundo 
hasta escuchar la historia 
amarga de tu cuerpo,
pues sólo el amor sabe 
cómo llegar tan hondo 
sin molestar la sangre.
Esa noche la lava 
mudó si paisaje en piedra. 
Tú y yo fuimos lo único 
que se murió de veras.