CLAUDIA TEJEDA

ELLA SE PEINA

Va de la raíz a la punta desenredándose la memoria.
El tiempo le ha crecido en la melena.
El peine agita los nudos y abre laberintos ondulados, mellas agridulces, rastros de tijera, íntimos calendarios.
Se acaricia el cabello y se pregunta si algún tramo guarda el recuerdo de los dedos de su madre, el vértice de alguna caricia o la palma de su padre coronando su cabeza de nena definitiva.
Qué queda del mechón en su nuca donde él trazaba resortes con el dedo índice.
La vida que le cae hasta los hombros la va dejando calva de nombres y vivencias y sin embargo, se arremolina en los olvidos pendientes que ha cortado y recortado sin disimulo.
Ella se peina intuitivamente, no necesita espejo para mirarse el alma.
Y se recoge las canas en un rodete tieso y disciplinado aunque ampare una nostalgia antojadiza y despeinada.