Laura García del Castaño, Córdoba, Argentina


Las vísperas crueles (El grito 2004)


Tanto terror de ser algo que provoca el adiós.
Tanta vida para no ser lo que esperan que sea.

He saltado al vacío por no poder contenerme la altura necesaria.
He repasado los miedos, para comenzar a hablar con la boca llena de miedo.
Pero tanta ira de corazón pequeño, insuficiente.
Tantos pájaros me comí en el camino.
Tanto bautismo original no profesado.
Tantas manos para no abrir una puerta,
manos domesticadas para no cometer lo que deseo.
Tanta inasistencia a los días que siguen izando el sol.
Y el error para enterrar una casa.
Tantas cartas para responder.
Tanto cometer olvido por la fuerza.

Pero ningún dolor completamente elemental y merecido.
Tanto trabajo formalmente corruptible,
y tanta gente de recta predisposición entre las piernas.
Tanta boca injustamente impracticable.
Lágrimas que cayeron al río.
Tanta pobreza formando cirujanos de cartones.
Tanto suicidio con un pan al borde de la boca.
Tanta sed en los ahogados,
pero ningún obispo para un transplante de médula.

Ninguna fiesta al día siguiente de la fiesta,
ni un invitado más en la suerte de pocos.

Tanta mentira de piernas rotas.
Tanto nicho con dedos salientes de la tierra.
Tanta teoría de ángeles, tanta práctica homicida.
Tanto amor platónico y enunciado,
tanto odio anunciado y efectivo.

Libertades expuestas, castigos impuestos.

Tanta guerra globalizada, tanta impunidad privatizada.
Tanta soledad de gente sola.
Tanto papado y ninguna madretierra.
Tanta falsedad de curso legal.
Tanto ladrón de guante blanco y manos regordetas.
Tanta ausencia de cuerpo presente.
Tanta asistencia de desaparecidos para interrogar.
Tanta madre soltera de la poesía.

Para seguir rezando el daño de mil plegarias,
con un verso, una piedra y otro golpe para seguir cantando.


LAURA GARCÍA DEL CASTAÑO / CÓRDOBA, ARGENTINA