Gildardo Gutiérrez Isaza, Colombia

ME LLAMAN



Selva de cemento, enraizada en mi piel y en mis ojos.

Grito de hambre y de miseria,

dolor de muerte...

Árbol de araucaria que vigila mis sueños

Esfinge de la noche que me desvela

Locura que me ata a tus fueros.



Condesa de la tarde, atada estas a los luceros,

Dé jame robarte una lágrima,

Cristal de viento que flamea en tus labios

Me llaman libertad.



Naufrago soy en los ríos,

Cometa de papel de los molinos,

Augurio de muerte,

Me llaman tristeza.



Candil que se extingue entre mis dedos

Al verte partir a los confines del universo.

Tus ojos se visten de cinturón de miseria

Me llaman tragedia.



Agito mis alas como lobo herido,

Estepa que devoro con mis garras,

Sucumbe el cordero de tu piel entre mis garras

Me llaman muerte







¿QUIEN ROMPERA EL SILENCIO?





Ambar fugaz, beso dormido.

Valle de tristezas...

¿Quien rompera el silencio de la muerte?

¿Quien dormira mis sueños?

Mientras el agua se desliza por tu cuerpo,

mientras el agua te llena de rocio,

he de luchar contra el silencio.



Lagrimas de cemento,

¿Quien esculpira la melodia de tus besos?

¿Quien rompera el muro del tormento?

Adios, adios, triste navio,

gondola del destino,

travesia de pasos peregrinos,

erguida, altiva caminas a la deriva,

buscando entre las sombras un abrazo.



Sombra macilenta,

infinita compañera completa tu mis sueños.

Espejismo de cristal bebe tu la ponsoña del veneno,

la puerta del engaño esta abierta y sangra.

¿Quien dormira mi muerte?

¿Quien bebera mis lagrimas?

Luna de amapolas rodeame con tus brazos,

subyugame a la la locura.



Aullan los lobos y la luna me invade con la tea de tus besos.

Abismo que se abre a mis pies y muero.

¿Quien sepultara mi cuerpo?

Espejo sin fondo, cofre desierto.





NAUSEABUNDA MAÑANA DE ESPERANZA



Oh cosecha de miseria,

donde la palabra sangre se marchita y

tus labios enmudecen y calla la voz del viento.

Oh grito de la noche, desgarrador aullido de tormento,

cuando la voz de secuestrado

se propaga buscando un poco de alimento.



Cúspide de dolor, pentagrama de afonía

cuando la luna asoma, vestida de tragedia.

Ópalo anegado en las aguas de tus lágrimas.

Molino de delfines rosados que saltan la verja,

la alambra los espanta, los ahuyenta, los esclaviza.



Sombra pálida, nauseabunda mañana de esperanzas,

cloaca de libertad llamada revolución,

cuando con tu fusil robas a la tarde el crepúsculo de tus sueños.

Te llaman libertad y es un engaño,

es la tragedia de la mentira convertida en sangre.



Búho de tus piedras...Ángeles que asaltan la noche.

Saboreo la lectura de tus ojos,

pero mi alma se entristece

cuando tus cartas vuelan como golondrinas

en busca de mis manos.