BAJO LA FORMA DEL SILENCIO
Esa otra voz de una mirada
ese fuego que palpita y calla.
Creer en alas renaciendo a cada momento
y del paso suelto quitar
una idea que remite a un nombre, al viento.
Esa otra voz
como si toda ella fuera sol
en los ojos abiertos de la nueva mañana;
creer
que cobran vida las náyades junto al incienso
y que la lluvia aleja del sendero.
Aún a orillas del sueño
la pasión vale por la quietud del fuego,
cuando lo terreno y lo celestial comulgan
y se empeñan en acercarse al alma.
(Publicado por diario “El Norte”de San Nicolás el 11-04-82