ISAIAS NOBEL, ARGENTINA

Urdimbre de la tarde


Es el atardecer y luminoso
Lentamente girando en suave remolino
Navego entre peces de infinitos colores
Allí donde seducen los poetas
Apollinaire Guillaume
Holderlin Friedrich
Moore Marianne
Pushkin Aleksander
Huidobro Vicente
Guillén Nicolás
Neruda Pablo.

Dónde te has ido cuerpo, ballena blanquecina?
Regresa aquí, ancla necesaria, libérame
De las pequeñas manos de hormiga innumerable
De ser jangada ardiente sol deriva
No puedo más de tanta poesía.

Un dios del día ha lanzado su cuerda
El aire fresco me devuelve del sueño
Me libera la sangre henchida de poetas
La propia voz quiere cantar su canto
Porque he vivido ya
Las demasiadas vidas que he vivido
Y es hora de saber
Si es el amor la muerte el sexo
O qué
O cuál ausencia
Que te engatusa, te felinea entero
Y te transporta en carretera vertical
Hasta los propios ojos
La suavidad del labio
El diente que rechina
La lengua que lame las distancias.

Todo está aquí y nada es esto
Pero todo está aquí en este instante
Mi cuerpo es el puerto de todos los poetas
Anhelo anhelo anhelo
Envolvimiento huída
Vórtice y lento carrousel
Lo dulce lo suave lo escondido
Lo absurdo, lo oscuro, lo monstruoso
Ala de esfinge, azogue repentino
Y allí te ves, yaciendo,
Un nómade o un dios
Junto a un pozo dormido.
Nómades arrojados al fondo de si mismos
Descifrando una letra del Libro de la Vida.

En la librería "Foro Gandhi", por la tarde, 9 de enero de 1998