Paredes de cristal,
recuerdos empañados
frente a veredas descalzas,
muy lejos de ese cielo de tiza.
Pequeña promesa tirada
con negro moño en la esquina
y apenas un perro extraño
que no miente compañia.
Los faroles son las estrellas
en un cielo de cartón
y el sol un tibio abrigo
que no calienta el hambre.