Martín Gustavo Echeverría


Los invisibles

 

no saben

 llenar la soledad de las tripas

 con una bandera

 

comer para atrás la corteza del tiempo

 como gusanos de seda libando

 la estela que deja tu nombre

 en la mar abierta

 

arrean en sus redes

 el sonido de las olas

 para llevarlo a la mesa

 con cebolla frita

 y sal apenas

 

Pezríoluna

Martín Gustavo Echeverría