Jorge
Vinitzky
La
niña da vueltas
y más vueltas.
Su risa cantarina
se oye en toda la plaza.
Girando mareada
los colores se mezclan,
se dividen,
y vuelven a unirse,
en un caleidoscopio cristalino.
El amarillo de la retama,
gira con el naranja del malvón,
el verde de los arbustos,
y el violeta de los pensamientos,
creando un vórtice de luces
que parece tragarla
entre los rápidos giros.
Pero la niña mareada
solo se cayó.
Y aún sigue riendo
en rojo, azul,
añil, magenta…