Poema XXIX (**)
No soy igual en lo que digo y escribo.
Cambio, pero no cambio mucho.
El color de las flores no es el mismo
bajo el sol que cuando una nube pasa
o cuando entra la noche
y las flores son color de sombra.
Pero quien mira ve bien que son las
mismas flores.
Por eso cuando parezco no estar de
acuerdo conmigo fijaros bien en mí:
si estaba vuelto para la derecha
me volví ahora para la izquierda,
pero soy siempre yo, asentado sobre los mismos
pies.
El mismo siempre, gracias al cielo y a
la
tierra y a mis ojos y oídos atentos
y a mi clara sencillez de alma.
Fernando Pessoa