EL
PRESO
Con el
alma encogida pienso en eso
que tú y yo compartimos en la vida,
y una sombra arrastrada por su peso
caigo a tus pies buscando una salida.
Mas sin
tu amor, mis labios son mi herida,
mi corazón mi cárcel y yo el preso
-sin
otro corazón que me lo pida-
de esta
pasión que me despierta un beso.
Así que
tú dirás dónde me quieres:
¿si entre rejas y atado a una cadena,
o en tú boca y cumpliendo mis deberes?
Así que
tú dirás dónde se pena:
¿si cosido a esta sombra entre alfileres
o pagando en tu cuerpo mi condena?