Alfredo Di Bernardo


Breve historia del hombre alto

 

Hubo una vez un hombre tan pero tan alto, que con sólo ponerse de pie, abrir los ojos y mirar hacia adelante, era capaz de leer las verdades escritas en las nubes.
La gente común admiraba su enorme altura. Él, en cambio, renegando abiertamente de su don, profesó toda su vida una melancólica envidia hacia los hombres bajos.
Nunca se resignó a su triste suerte de poder descifrar verdades allí donde los otros, plácidos y felices, veían solamente una nube.