Oscar Vicente Conde


INCERTIDUMBRES

 

No podemos saber

por qué se arrodillaron al atardecer

 y no por las noches

 cuando las angustias entran bajo la puerta

 cuando los leones descansan al sol

 saciados como los hombres después de hacer el amor

 

no podemos saber

 cuándo dejaron los gritos al borde de los eclipses

 en qué momento abandonaron los pasos sedientos

 cuándo colgaron los amuletos en las telarañas abandonadas

 

y las lágrimas hablaron un día al sol débil

 y los hombres dejaron las mochilas vacías

 y nadie reclamó por sus muertos innecesarios

 todo se mezcló en un abismo ciego

 profundo como garganta seca e interminable

 

entonces también abandonaron las armas en el desierto

 cuando ya no era necesario pelear por nadie

 ni por nada

 cuando las utopías se fugaron tras los lamentos caminantes

 ningún lazo trató de alcanzarlas

 y las manos mezcladas con las heridas dejaron de rasgar el deseo

 

no podemos saber quién entregó las almas a las hogueras