Pablo Cassi


Un extraño lee el horóscopo a los transeúntes

 en las página amarillas,

cada mañana su vida es más precaria

 como los suburbios de un puerto que

 ingresa a su vida

donde los muros se abren paso

como las mujeres que sostienen las esquinas,

 y cruzan sin miedo la frontera de la madrugada,

 intercambia caricias por una dosis de cocaína,

 mientras la sonrisa ebria de la noche

 lee las cartas del tarot

y se viste con la ropa de los muertos,

 un deseo de medir la inclinación del sol,

 el desorden del aire en su intimidad más

profunda.



Los años vendrán a beber

 en la memoria de los ausentes,

lenta la mirada envejece al crepúsculo,

 a las mujeres que pusieron un toque de

 delicadeza

 en el último naufragio...



( a los que navegaron por los océanos del ron y de Madagascar )