Apareces con el rugir de
tus calles.
Desordenada, bulliciosa.
Quizás un poco pretenciosa.
Me gusta la lima de su
gente,
No la de iglesias ni palacetes…
Tampoco la de virreyes y catedrales.
Recorrerla, mirando y sentir el quiebre
Entre lo humano y Dios
Entre cerros y escalinatas.
Que gusto es conversar arriba de un cerro
Y bajar corriendo entre carros Que zigzaguean
Y mezclarme sutilmente entre su gente
Y aprender, que todos somos iguales
Conozco lima, conozco su gente
Gente buena,
Cierro mis ojos, apareces Bulliciosa
Pretensiosa, inmensa sin
origen ni final
Todavía tengo el recuerdo De tus calles de tus
parques
De planos que no quedan
De tus grandes cerros, que solo observan…