LUIS DE DIEGO AGUILA

TUS MANOS



Tus manos son de seda,
suave caricia que provoca
mis eléctricos escalofríos
cuando resbalan con dulzura
por mi piel de pergamino.
¿Y tus dedos?
Son tus dedos largos,
dices que nacidos
para tocar un piano,
y ese piano lo truncaste
por mis teclas sagradas.
La palma de tu mano
asemeja un huracán,
la garra afilada del águila,
¡adormideras en erupción!

Y, sin embargo, atesoran
suaves caricias en mis cabellos.
¿Y tus uñas?
Que viven del arco iris con que las pintas,
con doseles de catedrales y pinturas
de todas las edades,
entre arañazos de placer
y clamor de pasión.