Miguel Ángel Guerrero

El ultimo bocado del tiempo


Entre él,
un sueño de textura deslucida
y el ciclón cósmico de sus suspiros,
se esconde el aroma de las flores frescas
que se deshojan eternamente en el paraíso.

Entre las nubes que se refugian
en su mirada
y la mirada ávida que él le dedica
a la naturaleza,
se esconde el idilio apasionado
y arrobador
de una rosa con la brisa,
una fuente sagrada donde gorgotea
el agua de la vida
y la última de las esencias que componen
los latidos del corazón,
es decir:
la última caricia, que es también
el último y más provocativo
de los bocados del tiempo.