LONG-OHNI

TRAS EL VIAJE



Tras el viaje,
aguas de amianto, ciénagas, manglares
y charcas pestilentes
en las que algún humano dejó sus excrementos.

No la dorada playa que imaginaste un día
con ese sol hundido en las arenas
ni con tibias estrellas bailando sobre el agua
como faros pequeños que dan la bienvenida.

Sólo terror, oscuridad y mugre
Es lo que está en espera
luego de tanto orsar,
de tanto derivar buscando el rumbo,
después de henchir las velas
y sentir el temblor del pertinaz oleaje
que roza el casco con la inicua impiedad
de todos los relojes.

Has andado, capitán de los sueños
por millas y más millas de mares tenebrosos,
por ríos serpenteantes que olían a raíces,
a trinos y a verdor y a soledades,
te hundiste en las bahías en busca de reparo
cuando Eolo batía su furia desmedida.

Has sido astuto al cortar las crestas de las olas
con la proa filosa y decidida
pero aunque duelan los omóplatos, los brazos,
aunque duela el recuerdo de aquello que se quiso
en el instante mismo de soltar las amarras
no te afanes: no hallarás la playa ni la isla
ni el puerto donde una mujer humilde
te espere estremecida con los brazos abiertos.
pues sólo encontrarás el triste barro
de tu propia miseria.