Fabio Adalberto González

Ella


Ella no es el resultado
de doscientos años de investigación
Jamás leyó a Baudelaire ni Artaud
Ella no sabe que todos construimos
-de una u otra manera- una visión del cosmos
Se pasea sencilla, simple con su vagina
con sus dos senos, con sus dos brazos
Ella es hermosa por su mitología
anterior a su rostro de verano
le debo a sus mejillas más de una profesía
a sus sueños de oráculo cansado
a su origen cargado de fotos infantiles
a toda su maraña de transmisión oral incalculable
al rojo perfilar que la acaricia
los últimos minutos de la tarde
Porque jamás supo que el mundo fue partido
que hubo un muro
una revolución bolchevique
un petiso con boina de invierno embalsamado
un juego de pelotas
un Robespierre truncado
dos guerras mundiales
un Guernica y un Picasso
un Hernández tras barrotes
un Durruti apasionado
un Vallejo dolorido
un Roque de amor quemando
una América arrasada
un Cuauthémoc emplumado
Ella ignora la dinastía Ming
la baldosa partida que existe en los Balcanes
Ella cree en Dios sin saber bien por qué
Ella cree en mí sin saber bien por qué
Y yo creo en ella
y éste es el único milagro.