Laura Garcia del Castaño

De pie, a metros de tu olvido


Giraste
como otra amante de Lot,
una virgen
asaltada por su propio milagro
arrullada por la voz de su demonio.

la duda es el vicio
de mirar hacia atrás
justo ahí,
sobre la hora,
en el borde.

Tu presente no ha sido suficiente
Ese vestido
cosido a mano
con espejismo y dolor
con sorpresa y dolor
adornado con piedras y cautiverio
con falsas transparencias y vidrios rotos
no ha cubierto nada.

Los recuerdos son parte de una disciplina
de rozar
con su apenas muerta presencia de vivir.
el amuleto para tu desdichada suerte
la joya que te deslució durante toda la fiesta

un solo recuerdo bastó
corrió al costado de los gestos diarios
y las débiles posturas (como un túnel secreto)
corrió y cavó hasta tocar tu nacimiento

un camino oscuro que ha encendido de pronto una lámpara
para encandilar tus harapos de princesa rota
para fotografiar (el orden con que disponías la risa,
separabas el hambre
controlabas el celo
moderabas el llanto
educabas la voracidad de tu sexo)

y dejar un negativo extraño
de lo que corría debajo,
tu propia lava fantasmal,
la que noche a noche perseveró en su fuerza
rebalsó de su molde
y salió
justo ahí,
en el borde
sobre la hora
en que giraste

Para quedar inmóvil
estatua de barro
incierta como un cordero clavado ante el fuego
de una casa,
sin puertas ni ventanas
pero con un inmenso jardín
de flores puestas a igual distancia,
la misma exacta simetría de su compasión.

No tienes huída ni vuelta atrás
El ayer es
toda la fe con que te enlaza el porvenir
A tí, última mujer de Lot,
virgen sin el milagro del olvido.