CLAUDIA TEJEDA

Dulce que no es



Ámbar,

la luz enfrascada sobre la mesa,

cuando mi madre reproducía conservas

y los hilos de naranja en la jalea

parecían serpentinas prorrogadas.

Una vigilia de pan en rebanadas

anticipaba un festejo en la saliva,

y la cuchara aún caliente

embestía al alma

con un sabor que se llenó de ausencia.

Me duele el delantal floreado

la receta escrita en los sentidos

el ademán de domesticar la fruta

en un anillo de azúcar sin tu pulso.
y esta mermelada que no se te parece
en tanto gusto a desamparo