Alicia B. Pastore

Ícaro y el Sol



Ya no habrá rocío
ni lluvia fantasma,
decadencia de lauro ignorado,
recorriendo la piel.

Como siempre,
ha sido el sortilegio
el que ha llevado
al pozo de sombras
los tenaces átomos amenazantes.

Mi pena se aliviana en el vuelo.
Ícaro ha comprendido
que el peligro no es el sol
si no su proximidad.

Aún hay tiempo para
la próxima tristeza.