Analía Pinto

Mi deseo (uno de ellos, al menos) para el 2010

hasta que aparezca un macho que me enderece
me muela a palos el corazón
me saque sangre de las caderas
me rompa toda con sólo mirarme
me ordene bajezas y yo las obedezca
hasta que aparezca un macho lujoso y tierno
disputado por otras cruentas féminas
largo de andar y de anchura
uno de esos que dicen todas las ternezas
que tienen la lengua de caramelo
(pero el alma de hielo)
un macho con la impune ferocidad del predador
(con los requiebros melosos del trovador)
uno de esos que me arranque la piel de cuajo
que me lleve en sus hombros trogloditas
que me vacune contra todas las mariconerías
que la tenga dura como un mástil
y más suave que una flor
que erecto venga y erecto de mí se vaya
que nadie le haga sombra
un macho como un Atila
un vándalo
un ladrón
un traidor
un mercenario del más puro amor
un asesino a sueldo
un revolucionario
un quijote sin panza
hasta que un macho así aparezca
y me enderece
me haga andar derecha
y no me deje más
me haga adicta a su sudor
y no me deje siquiera mirar a otros
y no me pida nada y me de todo
hasta que aparezca
uno así
que me haga salir del laberinto
haciéndolo volar en mil pedazos
conmigo adentro