Teonilda Madera, El Salvador



“No cierres aún esa maleta
sin antes guardar mi corazón
que cabe entre tus cosas más amadas
aquel poema y mis cartas de amor...”


(Alberto Cortez, La maleta)




UNA MALETA

Una maleta es una organización forzosa;
es una aventura cerrada;
una maleta es un nido íntimo
de secretos;
es un montón de posibilidades
que se abren en otro espacio;
una maleta es un viaje doble
de uno mismo;
(...) me gusta hacerte la maleta
porque es una forma de irme contigo.





“Puede ser la hoguera de la casualidad,
El paladar de un vacío. Fugaz en el hallazgo/ los cuerpos aterrizan”.


(Pedro López Adorno, Viajes del cautivo)



IRRACIONALIDAD

No me trago el cuento de otros tiempos;
soy la vara que mide el vuelo eterno
de las golondrinas que seducen el cielo;
la ceniza del fogón que cocinó tu infancia.

No me trago el cuento de otros tiempos;
eructo y salen magnolias a perfumar
el aire vigilante que empuja los recuerdos.
una tos atosiga la ventana de impureza;
una luz infinita se refugia en un Hoyo Negro;
un estornudo espanta al pájaro
que traía tu mensaje.

No me trago el cuento de otros tiempos;
abro inmensamente la boca
y salen las Cuatro Estaciones
de Vivaldi colgadas del pincel
de Van Gogh que clona el mundo.

Hago un paréntesis y escribo en el papel:
¡No lo dudes, esto es poesía!
tu barba se mojó cruzando el Sena.
—La vida es un suplicio
cuando el Amor escapa—

(dijo una voz anciana que pasaba)

Continuo:
Las cuentas del rosario se zafan
y los Padrenuestros y las Avemarías
que prometiste en la catedral parisiense
recobran su libertad. Tomas las mira
incrédulo y repite:

!No me trago el cuento de otros tiempos!






“...
That is the land of lost content,
I see it shining plain,
The happy highways where I went
And cannot come again.”


(A.E. Housman, Into my heart an air that kills)





LA FRANJA DE GAZA

Una mujer con el rostro
hacia el Medio Oriente
es un centurión aterrado
que observa los querubines
caídos de la guerra,
y entre judíos y palestinos
la Franja de Gaza es una hoguera
que quema los sueños
de esta mujer que ama
dos pueblos divididos.






“...
No la interrogues nunca.
Que ella nada puede
decirte...”

(Fernando Pessoa)


SORBITOS DE CAFÉ

Nadie sabe su procedencia (...)
dicen que vino del mar
cubierta de brumas;
en su piel traía perlas negras
y tesoros hurtados por Drake;
tiene el mar en su lengua
esa mujer enigmática
que debería parecerse a todas
se empeña en ser distinta (...)
es extraña como el bambú
del Viernes Santo y franca
como la entrega de los perros callejeros;
es dulce como un te quiero entrecortado.

Esta mujer no es tan distinta a las otras;
de vez en cuando sueña cosas imprescindibles
mientras se pinta los labios jugosos
y luego, sale a enfrentarse
con el mundo.

Sus congéneres, casi siempre chocan
con ella sin que este en el medio.
A ella le gusta el mar de afuera.

Escucha a Juan Luis Guerra,
a Enrique Chia, y a Mercedes Sosa.
Esta mujer es todas las mujeres
de otras épocas;
lleva en su bolso su historia:
una ramita de olivo, un abaniquito nacarado,
un jabón Maja, unas hoja amarillentas.

Esta mujer se bebe el llanto de los sauces
y sus ríos internos crecen impetuosamente.

En su ignota memoria encontramos
la partida de Ulises, la Relatividad
de Einstein, las Guerras Mundiales,
el Holocausto, el amor de Penélope,
las computadoras, los hijos de la violencia (...)

A ella le duelen y le pesan esas memorias.


Esa mujer es un poco huraña;
ella que debería parecerse a todas
se empeña en ser distinta;
es temeraria; chocan con ella
aunque no este en el medio;
lleva todos los hombres adentro
y la siguen hasta la cima; ella guarda un secreto (...)