CANÍBAL
"dedico estas palabras a la creación más grande del universo, que soy yo"
José Luís Calva Zepeda
* 20 de junio de 1969 †11 de diciembre de 2007
México
y de nuevo
recuérdame que hay todavía y aún más y todavía caldo
en estas extremidades
sácame la médula déjame surcos
como el azafrán
en su propio silencio
y aún más pero mucho más desangrándose
un dos un dos tres un dos tres cuatro
cinco seis
siete
de la
mañana
hace frío al acercar la mano vino ese halcón
áspero mitad ardiente sin nosotros
sin dibujar el último poema sin beber en la poesía el suicidio
las palabras ya no están sudando sus rasgaduras
hasta el absurdo de la risa
incluso lo mucho o poco que tiene de agujetas el dolor
mientras una
potencial andanada
y un pequeño y gran ahínco contamina
los labios
me
traen
a la memoria
el gustillo a semen
porque allí todo empieza
y fuera de él
mis partes flojas oscilan raspan
caen como pétalos de sal huyendo
el halcón mexicano habla
en la fuga
vuélvome semejante dipsómana monstruosa troglodita
y de nuevo
hay todavía y aún más y todavía tinieblas
en esta marcha fúnebre
no quiero
como muertita
me arranquen la inmortalidad
y más pero mucho más yendo hacia ti
jamás seré viuda
soy demasiado cadáver para una lápida
una plaza pública el paraíso del señor
abandonado entre los hombre
dices ven digo a qué hora dices acompáñame digo
qué mierda
las flaquezas roen
y cualquiera es cobardona en abuso y en arrogancia
y lo hicimos
yo
alzada sobre tacones anunciando un pubis azulete
tú
sin reglas código ley indisciplinado
en
fin
paso
a paso
fuimos entrando a la ceremonia del cuchillo
el golpeteo de la calle la distancia de los objetos
al pasar de una orilla a la otra
he imaginado los platos la ensaladera el ágape
estos versos
van al centro de la mesa como ulcerosas costras
ya ajustaremos factura.
ROCÍO L'AMAR / Chile
El poeta mexicano José Luís Calva Zepeda se comió a su novia Alejandra Galeana Garavito, la carne, los restos de grasa de la sartén y los huesos cubiertos con tejido muscular encontrados en el interior de una caja de cereal y la carne frita en los platos corresponden a la víctima.
“existe la presunción de que si ingirió este tejido”.