KARINA SACERDOTE - Buenos Aires, Argentina

¿Alguna vez manipulaste tus párpados para que esa imagen que te vigila no se te escape por los ojos? ¿Y fuiste tu propia fuga para desandar los vértices de un mal inexplicable? ¿O mandaste todo al carajo porque no sabías si los segundos se te parían por los dedos o si vos eras concebido por las horas cegadas que en segundos se esgrimían torturándote?
Yo sí. Yo retengo la imagen de mi osada mente cruda y me la como a mordiscones y la vomito con los versos. Acaso los segundos contenidos en mis dedos me engendran encrucijadas de mujer que se merece la lujuria y el perdón. Esa imagen de mí que se me escapa por los ojos me la como con el hambre del abismo. Expulso los minutos insurrectos y los vivo como caníbal troglodita.
La imagen que me cruza el costado que no ven, son mis propios párpados cerrados con mis propios dedos encima para no fugarme.
¿Alguna vez cocinaste tus deseos en las cuencas de tus ojos?
Yo sí. Y me calcino.