BEATRIZ ARIAS, Argentina

Cómo se vuelve del arco violeta de la hora detenida
del tiempo que rodó en el mar como un gigante de oro
y la mesa fija
y la niña de hielo fija.
La ciudad se despierta por sus ojos de piedra
por el hombre que derrumba su futura orquesta de cenizas
por el amanecer limpio que derrama su garganta de niños
por los nombres antiguos de los muertos, por la vejez descalza
y el pan escaso amasado en el recuerdo amarillo de la espiga.
Cómo se vuelve del centro metálico del llanto
de los gritos altos, de las tormentas, que nos dejaron vacíos y lejanos.


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