Noche de suerte - ananegra, Mendoza, Argentina

Soy un mártir.

Dijo el viejo de la bolsa.

Sugerí algo

que ni amagó

ser respuesta

a tan lapidaria

frase.

Y lloré

tragando el aire.

Doblegada

por los astros.

Como puñales.

Ojos que no ven.

Son ciegos.

Y tiene hambre.

15 años.

Amontonados

minuto a minuto.

Condenados.

Besos.

Salvajes.

Sahumerios

de aroma a látex.

La tos siniestra

del sátiro

del liquid paper

no amerita recetas

ni tratamientos

prolongados.

Rechinar de dientes.

De botellas rotas.

Cristales sordos

Humedad y frío.

El viejo

sacó una frazada

de su bolsa.

Entonces

los dos

sonreímos.

Y cada uno

Sin más.

Siguió

su camino.