¡Jardín en Sombras!
Cuando la espiga del dolor florece
sobre el jardín que renacía pleno,
desorienta los pétalos y el bueno
rayo de sol se niega y adormece.
Todo el lugar sin lluvia ya fenece
triste y reseco en su matiz inerte,
sólo el manto piadoso de la muerte
que llega hasta su centro favorece.
¡Ah! si los frescos labios del rocío
abierto el corazón en el estío
hubiesen renacido mis corolas..
Ya no tendría que llorar el frío
reseco como páramo sombrío
¡De este pobre vergel sin amapolas!