He llorado en tu espalda
mientras doscientos treinta y cuatro besos, contados por la luna
se confundían entre lágrimas agrias.
Yo dolía de culpas...
vos reías a traición
usabas un corazón para vestirme de amante
y no perderme
mientras el otro, blando, enmascarado, delirante
se lo entregabas a ella
la otra
la que siempre sobró.
He impregnado de latidos toda tu boca
todo el ancho de tu tiempo
tus ruidos
tus alas en quiebra.
He roto calendarios para que te pierdas
para separarte de la vida misma
para que vivas mi vértigo
mis rondas
mis eclipses.
Marearte, disfrazarte de vos
una vez al menos
para que andes ciego como hasta hoy
doblar hasta tu sangre
abismarte
y quedarme por única vez
hecha viento
para seguir tu sombra
desde este
mi vuelo enamorado.
María Manetti
mientras doscientos treinta y cuatro besos, contados por la luna
se confundían entre lágrimas agrias.
Yo dolía de culpas...
vos reías a traición
usabas un corazón para vestirme de amante
y no perderme
mientras el otro, blando, enmascarado, delirante
se lo entregabas a ella
la otra
la que siempre sobró.
He impregnado de latidos toda tu boca
todo el ancho de tu tiempo
tus ruidos
tus alas en quiebra.
He roto calendarios para que te pierdas
para separarte de la vida misma
para que vivas mi vértigo
mis rondas
mis eclipses.
Marearte, disfrazarte de vos
una vez al menos
para que andes ciego como hasta hoy
doblar hasta tu sangre
abismarte
y quedarme por única vez
hecha viento
para seguir tu sombra
desde este
mi vuelo enamorado.
María Manetti