El árbol de la vida.
Alzado el árbol,
Sobre sus propias raíces.
Extiende sus brazos,
Hasta llegar al universo cósmico de los ancestros,
Interconectándose con la divinidad de dioses y estrellas.
Veo cada rama de este árbol como si fueran mis tíos y tías,
Mis hermanos mayores y hermanas,
Sobre ellos están otras ramas más pequeñas,
Ellos son mis primos y primas,
Mis sobrinos y sobrinas más grandes.
Los bebes sonríen desde su copa,
Ellos son sus nuevas hojas,
Flores frescas de la familia,
En fuertes naranjas y azules,
Colgando desde la corona misma del árbol orgulloso.
A veces veo a mi padre bajo la lluvia,
Camina solo y pensativo,
Mirando en silencio las diferentes generaciones de su entidad,
El cielo vierte entonces un leve suspiro,
Y del árbol emanan palabras sabias para sus nuevos pimpollos.
Al fondo del tronco,
Veo a mis abuelos y abuelas,
Abrazados descansan en el vientre de la tierra.
Veo el color violeta de la vida y de la muerte,
Entrelazándose como puentes entre las raíces mismas,
Hasta dispersarse para siempre en el vasto territorio de esta tierra.