AMBITO, Hugo Alberto Patuto, Buenos Aires, Argentina


Preocupa este dolor de mirada vacía
y pie descalzo entre unos pocos sueños,

el vientre con su esperanza lunar

repartido ya por si acaso.

Estamos como siempre

enumerando la sombra de los despojos,

aunque otros maldigan al viento.

Alza la espiga

eco de luz

mientras un hombre camina solo

irremediablemente anónimo.


S fuera posible incendiar

los definitivos corredores

donde anida ese mal

que nadie prolonga en la palabra...

Desde la remota siesta del café virgen

hasta el sangriento destino de las calles,

no puede la plegaria

no alcanzan los olvidos.


Cuando una mano encuentre su rumbo

para surcar este cielo sublime

junto a otras,

los mártires tendrán calma

en la bóveda azul de la memoria;

al barro volverá un aire viejo,

se cantará la bienvenida y el hombre

irá con el sol a imaginar mañanas.