Daniel Quintero


Soy para tu perro la peor amenaza

 pero al menos cuando gritás abajo

 salgo de la cama

 y no cómo él que pone cara y espera indulgencia.

 

 

Tu perro, en apariencia, es muy dócil

 pero yo lo vi mostrarme los dientes cuando te vas a la cocina.

 

Sé que te hace gracia que sus llorisqueos

 entonen bossa cuando suena Elis,

 aunque a mí también me queda la Luna al cuerpo

 y puedo cantar si me emborracho.