Gabriela Rivero


Indecible.

 Necesito

 que me abracen

 tres veces por semana

 que escriban poemas en mis piernas

 morir en un abrazo

 de los que resucitan, al menos un instante

 Necesito

 un susurro exclusivo en la puerta de mi oído

 que nombre el fármaco indecible

 el que te espanta

 cuando sin querer advertís la sobredosis.