EMILIO MEDINA MUÑOZ


Romance en La Alhambra

 

Paseábase una mora

por la Alhambra granadina

y con tal gracia camina,

que las divinas canoras

hacen su alma sonora

para alegrar a la niña.

Los anillos de sus manos

con el Sol envían recuerdos

de esos amores no cuerdos

que asoman en los veranos

a ver el milagro humano

cuando se baña su cuerpo.

Aromas dulces de flores

de su piel mojada salen;

hacen que el mirón acabe

padeciendo el mal de amores.

Sus cabellos se despliegan

con un divino reflejo,

como rayo en un espejo

que a su visión le congrega

de nuevo un amor de lejos.

Mas...,¡ay!.. .

La niña cubre su cuerpo

interrumpiendo su baño;

el Sol lloro en desengaño
y este mirón...,cayó muerto.