VENTURA
En un lugar sin dueño
la ventura quiere encontrar
Su destino más propicio.
Renovando con su sueño
la esperanza afligida
de sus tardos ruiseñores.
Como todos quiere cantar
un nuevo sol en el horizonte,
una nueva luna navegando
Quiere irse en la música
fluyendo, igual al ave
de papel volando libre.
Desea una nueva historia,
una feliz noticia
para agrandar la risa.
Surtiendo con su alegría
las ciudades y los campos
siendo lluvia y semilla.
Ruth Ana López Calderón
BAJO LA MESA
Tiemblo bajo la mesa
abrazada al perro que al igual que yo
tiembla,
la lluvia de gotas metálicas, humeantes,
desgarra la piel de la tierra
y los gritos llegan
y todo se agita, madres, tías, hermanas, esposas
y abuelas, corren , ¡corren!...¡Si!, corren,
buscan su carne, buscan su sangre,
tal vez derramada a la vuelta de la esquina
hablo con el perro, las lágrimas mojan el uniforme de la escuela,
el perro gime, mira con ojos de –¿qué pasa?, no entiendo-
y tenemos miedo
y tenemos hambre, las patas de la mesa parecen gigantes,
la radio truena, no hay nadie,¡ no!, no hay nadie...
sólo lágrimas
y el rostro
y las manos
y el uniforme escolar llenos de pelos
y el perro
y los dos temblando bajo la mesa
del cielo, sigue cayendo la lluvia metálica,
las entrañas de la tierra se desangran
pájaros con alas de fierro, oscurecen el cielo,
esa mañana.
Tiemblo bajo la mesa
abrazada al perro que al igual que yo
tiembla,
la lluvia de gotas metálicas, humeantes,
desgarra la piel de la tierra
y los gritos llegan
y todo se agita, madres, tías, hermanas, esposas
y abuelas, corren , ¡corren!...¡Si!, corren,
buscan su carne, buscan su sangre,
tal vez derramada a la vuelta de la esquina
hablo con el perro, las lágrimas mojan el uniforme de la escuela,
el perro gime, mira con ojos de –¿qué pasa?, no entiendo-
y tenemos miedo
y tenemos hambre, las patas de la mesa parecen gigantes,
la radio truena, no hay nadie,¡ no!, no hay nadie...
sólo lágrimas
y el rostro
y las manos
y el uniforme escolar llenos de pelos
y el perro
y los dos temblando bajo la mesa
del cielo, sigue cayendo la lluvia metálica,
las entrañas de la tierra se desangran
pájaros con alas de fierro, oscurecen el cielo,
esa mañana.
Isabel Gattarello
RECOGIENDO HUELLAS
Vengo de cielo abajo
con mi mano de hierba,
buscando un verbo
que me lleve a la salvación.
Mi niña azul necesita
encender bengalas de regreso.
Es una quimera la libertad,
una carta de amor extraviada.
He dejado huellas
de canciones viejas,
y estoy, mujer espejo,
mordiendo el pan del frío.
Necesitan mis dedos
ejercitar la ternura,
está vacío el cofre
de las caricias que me dieron.
Mi letra es lo que soy
los que queden dirán cómo fuí.
Resucita la cruz de mi carne,
en la mañana seré ventisca y trueno.
Vengo de cielo abajo
con mi mano de hierba,
buscando un verbo
que me lleve a la salvación.
Mi niña azul necesita
encender bengalas de regreso.
Es una quimera la libertad,
una carta de amor extraviada.
He dejado huellas
de canciones viejas,
y estoy, mujer espejo,
mordiendo el pan del frío.
Necesitan mis dedos
ejercitar la ternura,
está vacío el cofre
de las caricias que me dieron.
Mi letra es lo que soy
los que queden dirán cómo fuí.
Resucita la cruz de mi carne,
en la mañana seré ventisca y trueno.
Everardo Antonio Torres González
MIS FLORES SON CAMPO NUEVO
Como la noche en tu falda
son la sábana que alcanza
a cubrir la intimidad
en la sombra del zorzal
que canta para llamarte
y mis flores son la parte
que cubre tu corazón.
El vuelo de la canción
en el sol que desvanece
la noche cuando aparece
en el sueño de tu voz.
Mis flores son campo nuevo
en los desnudos aretes
son la savia de los besos
en los pretiles del tiempo
los renuevos en el viento
el ondular de los peces.
Mariposas en tu pelo
caleidoscopio que gira
son luna cuando te mira
desnuda en el universo.
Mis flores en el desvelo
son parvada de murmullos
que posa en los senos tuyos
el aroma de mi cuerpo.
Como la noche en tu falda
son la sábana que alcanza
a cubrir la intimidad
en la sombra del zorzal
que canta para llamarte
y mis flores son la parte
que cubre tu corazón.
El vuelo de la canción
en el sol que desvanece
la noche cuando aparece
en el sueño de tu voz.
Mis flores son campo nuevo
en los desnudos aretes
son la savia de los besos
en los pretiles del tiempo
los renuevos en el viento
el ondular de los peces.
Mariposas en tu pelo
caleidoscopio que gira
son luna cuando te mira
desnuda en el universo.
Mis flores en el desvelo
son parvada de murmullos
que posa en los senos tuyos
el aroma de mi cuerpo.
Máximo Ballester
Sueño un partido
Los veo salir del túnel. Y jugar
con los astros, los crepúsculos, las olas,
el dolor, todas las cosas. Todos con su
número diez, con el sol en las espaldas.
En la gran cancha de la poesía
soy ese chico que les alcanza a los poetas
las palabras cuando se van afuera.
Los veo salir del túnel. Y jugar
con los astros, los crepúsculos, las olas,
el dolor, todas las cosas. Todos con su
número diez, con el sol en las espaldas.
En la gran cancha de la poesía
soy ese chico que les alcanza a los poetas
las palabras cuando se van afuera.
Alcides Rojas Gil
Lágrima
Es una flor disecada
son los pasos imaginarios de un niño que juega
a perder la sangre
Se hace el rocío
se destila la luna
el alba abre las alas
nace una promesa de regreso
mira los ojos de la esperanza
cuando la mentira la devora
como león hambriento
Al salir el sol pude escucharlo
dejó en gravidez la noche
gritó con los tifones
Donde se sostienen sus pasos estraga el hambre
y se funden las sombras con el viento
Son la tierras donde los encontraremos
muertos de inanición
Este es el retrete del mundo
ámbito de miserables
son los días y las noches
donde su alma está plasmada
la ira impotente que el sol tuesta
el llanto que usa las llaves de la muerte
el aliciente que se acurruca
y antes de morir mira a un buitre
y la muerte lo mira
Algunos al final deben dar gracias
por su corta vida
Es una flor disecada
son los pasos imaginarios de un niño que juega
a perder la sangre
Se hace el rocío
se destila la luna
el alba abre las alas
nace una promesa de regreso
mira los ojos de la esperanza
cuando la mentira la devora
como león hambriento
Al salir el sol pude escucharlo
dejó en gravidez la noche
gritó con los tifones
Donde se sostienen sus pasos estraga el hambre
y se funden las sombras con el viento
Son la tierras donde los encontraremos
muertos de inanición
Este es el retrete del mundo
ámbito de miserables
son los días y las noches
donde su alma está plasmada
la ira impotente que el sol tuesta
el llanto que usa las llaves de la muerte
el aliciente que se acurruca
y antes de morir mira a un buitre
y la muerte lo mira
Algunos al final deben dar gracias
por su corta vida
Jennie Escobar
El futbol chicharrea
en mis oídos
cada vez
que metes
la cabeza
dentro del televisor.
Brebaje sintetizado
sorbe toda tu atención
la obesa boba
te mantiene el corazón
en la boca;
en vilo
noventa minutos
que no puedo traspasar.
en mis oídos
cada vez
que metes
la cabeza
dentro del televisor.
Brebaje sintetizado
sorbe toda tu atención
la obesa boba
te mantiene el corazón
en la boca;
en vilo
noventa minutos
que no puedo traspasar.
Ivana Szac
Corre el tiempo en otros ríos
aquí la vida circula
con otra energía,
con huellas clandestinas.
Ojos mirando por todos los costados.
Indagamos el origen
de nuestros labios
esperamos imposibles
fiebre en el corazón.
Electricidad intensa
en nuestras venas.
El mundo nos exige
un cortocircuito.
aquí la vida circula
con otra energía,
con huellas clandestinas.
Ojos mirando por todos los costados.
Indagamos el origen
de nuestros labios
esperamos imposibles
fiebre en el corazón.
Electricidad intensa
en nuestras venas.
El mundo nos exige
un cortocircuito.
Cacho Galan
El 2012 está cerca.
Emma crece.
Sueño.
En uno de esos sueños un chiquito, sentado sobre un ave, me hace
señas.
Creo reconocerlo. Se parece a mí cuando tenía esa edad.
Los años han pasado.
Hubo heridas. Se curaron con capas de nácar cubriéndolas. Una
devino en una perla.
Ella me ayudó. Sabe el nombre de las flores.
Soy hombre de palabra.
Emma crece.
Sueño.
En uno de esos sueños un chiquito, sentado sobre un ave, me hace
señas.
Creo reconocerlo. Se parece a mí cuando tenía esa edad.
Los años han pasado.
Hubo heridas. Se curaron con capas de nácar cubriéndolas. Una
devino en una perla.
Ella me ayudó. Sabe el nombre de las flores.
Soy hombre de palabra.
José Oscar Perdigón
he contado el tiempo del verano
para ver como decaen los rebaños
ahora mis pies no caminan los ríos
ni mis manos agitan los vientos
sin embargo allí está el sol
como un signo hecho de arcanos
con las maderas que los árboles han tallado
en el negro vientre de las aves de rapiña
no quiero cerrar mis ojos
con el candado de la indiferencia
ni caer en la ciega incapacidad de comprender
a mi izquierda se aviva el fuego
con el aliento de los desterrados
a mi derecha se encadena el espíritu
con indulgentes palabras
para ver como decaen los rebaños
ahora mis pies no caminan los ríos
ni mis manos agitan los vientos
sin embargo allí está el sol
como un signo hecho de arcanos
con las maderas que los árboles han tallado
en el negro vientre de las aves de rapiña
no quiero cerrar mis ojos
con el candado de la indiferencia
ni caer en la ciega incapacidad de comprender
a mi izquierda se aviva el fuego
con el aliento de los desterrados
a mi derecha se encadena el espíritu
con indulgentes palabras
Virtudes Reza
La penumbra es la sensación
de libertad obligada,
cuando las gotas de cariño
se revierten por hilos invisibles,
por fisuras ganadas en el sufrimiento,
...
de libertad obligada,
cuando las gotas de cariño
se revierten por hilos invisibles,
por fisuras ganadas en el sufrimiento,
...
Mirta Monica Roncarolo
Copla
Caen pétalos de mi alma
Como lluvia de otoño
Sobre tus pestañas
Y sé que quedaré desnuda
Tus brazos rodearan
Mi s intimidades corporales
Y espirituales
Como ramitas de lazos de amor
Así recorreremos el camino
Obsequiándonos naturaleza
Hasta el fin de los fines
Caen pétalos de mi alma
Como lluvia de otoño
Sobre tus pestañas
Y sé que quedaré desnuda
Tus brazos rodearan
Mi s intimidades corporales
Y espirituales
Como ramitas de lazos de amor
Así recorreremos el camino
Obsequiándonos naturaleza
Hasta el fin de los fines
Saulo Gomes de Sousa
Un beso
a la medianoche,
y eran jóvenes
tan jóvenes.
Ahora son dos viejos
que viven en ciudades
distintas,
con familias distintas,
con hijos distintos.
Pero los dos se recuerdan
de este beso de pasión,
de este amor de juventud.
a la medianoche,
y eran jóvenes
tan jóvenes.
Ahora son dos viejos
que viven en ciudades
distintas,
con familias distintas,
con hijos distintos.
Pero los dos se recuerdan
de este beso de pasión,
de este amor de juventud.
JOSÉ MARIO CASTRO y JUAN CARLOS VECCHI
HIELO MÍO
Aquel ladrido azul
en el discurso traicionero
de la noche.
Gotean
siglos
de
nieve
sobre un techo prometido
(cerrado y enviado),
como espalda de cielo
para este desabrigado.
Tortura blanca y
yo sangrando azulidades.
Aquel ladrido azul
en el discurso traicionero
de la noche.
Gotean
siglos
de
nieve
sobre un techo prometido
(cerrado y enviado),
como espalda de cielo
para este desabrigado.
Tortura blanca y
yo sangrando azulidades.
Jennie Escobar
La luna
es el ombligo de la noche
seduce ideas escondidas
debajo de la alfombra.
Las culpas excitan
a las sombras
y ellas dilatan sus orgias.
La calma calla
para escuchar los lamentos
del mundo
ruge
como estampida
de aviones de papel.
La muerte es una sustancia
repentina
deja una mancha
de ausencia.
es el ombligo de la noche
seduce ideas escondidas
debajo de la alfombra.
Las culpas excitan
a las sombras
y ellas dilatan sus orgias.
La calma calla
para escuchar los lamentos
del mundo
ruge
como estampida
de aviones de papel.
La muerte es una sustancia
repentina
deja una mancha
de ausencia.
Juan Ricardo Sagardía
VENGATIVA
La dulce niña
desapareció
entre tus dolores.
A cambio
resurgió de las cenizas
una asesina serial,
de hombres inconclusos.
La dulce niña
desapareció
entre tus dolores.
A cambio
resurgió de las cenizas
una asesina serial,
de hombres inconclusos.
Victoria Asís
Réfuge
Los dos inmersos,
en aguas poco claras,
la palabra es la poesía,
que me incuba, me cobija
y me quema . . .
Como la pasión que me
inspiras y me encaja
viva en tu retina.
Lúdico rito
de escalpelos y tijeras
queriendo interrumpir
esa vertiente de transgresores
sudores, que anega la sangre
y la desboca.
Aunque seas el sura original
de mi sino, camino de espinas
y guijarros, o
canto y poesía . . .
Más lo que anhelo,
es un refugio
de silencios infinitos.
Los dos inmersos,
en aguas poco claras,
la palabra es la poesía,
que me incuba, me cobija
y me quema . . .
Como la pasión que me
inspiras y me encaja
viva en tu retina.
Lúdico rito
de escalpelos y tijeras
queriendo interrumpir
esa vertiente de transgresores
sudores, que anega la sangre
y la desboca.
Aunque seas el sura original
de mi sino, camino de espinas
y guijarros, o
canto y poesía . . .
Más lo que anhelo,
es un refugio
de silencios infinitos.
Karina Sacerdote
Punto
una bandada de pájaros pasa
forma una ve
una ve corta y dos comas coronando el vértice
una ve corta y dos comas y un punto
y yo soy ese punto al final
ese pájaro que no forma parte del dibujo
del dibujo perfecto de la ve con sus dos comas
soy ese pájaro que ni siquiera está tan cerca
soy estas alas que vuelan solas
que se apartan deliberadamente
de lo perfecto de lo casi perfecto
soy un punto que mancha el cielo
un punto pequeño que rompe simetrías
soy pájaro rebelde de ataduras
no tengo jaula ni bandada
contemplo a distancia conveniente
para ser parte y no serlo
para que la anchura me alargue las alas
y ni siguiera soy pájaro
pero se me ve
desnuda
en un punto
del aire
una bandada de pájaros pasa
forma una ve
una ve corta y dos comas coronando el vértice
una ve corta y dos comas y un punto
y yo soy ese punto al final
ese pájaro que no forma parte del dibujo
del dibujo perfecto de la ve con sus dos comas
soy ese pájaro que ni siquiera está tan cerca
soy estas alas que vuelan solas
que se apartan deliberadamente
de lo perfecto de lo casi perfecto
soy un punto que mancha el cielo
un punto pequeño que rompe simetrías
soy pájaro rebelde de ataduras
no tengo jaula ni bandada
contemplo a distancia conveniente
para ser parte y no serlo
para que la anchura me alargue las alas
y ni siguiera soy pájaro
pero se me ve
desnuda
en un punto
del aire
Marina C. Kohon
Mis éxodos
devastándome
cómo sería prescindir
de estos remolinos
que me dejan mitad
yeso
mitad en sangreviva
a veces
me pregunto
cómo sería
vivir sin autodagas
entre sedaalgodón
como muchas
que no se dejan exodiar
y la vida les pasa
silbando bajito.
devastándome
cómo sería prescindir
de estos remolinos
que me dejan mitad
yeso
mitad en sangreviva
a veces
me pregunto
cómo sería
vivir sin autodagas
entre sedaalgodón
como muchas
que no se dejan exodiar
y la vida les pasa
silbando bajito.
José Oscar Perdigón
no es que sea este sol
no es que sea la sal
ni la levadura
ni el pan
ni el vino o el licor
o los energizantes
tampoco es este herrumbre de ocio
es esta costumbre de andar
deshilachándome por los toscos laberintos
de aquellos que se mueve
con mi sombra
no es que sea la sal
ni la levadura
ni el pan
ni el vino o el licor
o los energizantes
tampoco es este herrumbre de ocio
es esta costumbre de andar
deshilachándome por los toscos laberintos
de aquellos que se mueve
con mi sombra
Cacho Galan
Sin atisbo de dudas
Sin el menor asomo de duda
elijo retraer tu estilo único
a los mejores de los días
que vivimos en armonía.
Para ello agrupo tus palabras
tus gestos más ínfimos y queridos
tus imágenes más íntimas
y los entrego a mi memoria.
Te rescato del cruel olvido
en mis actos tan rutinarios.
Con un énfasis propicio y sutil
los devuelvo a los días queridos.
Sin el menor asomo de duda
elijo retraer tu estilo único
a los mejores de los días
que vivimos en armonía.
Para ello agrupo tus palabras
tus gestos más ínfimos y queridos
tus imágenes más íntimas
y los entrego a mi memoria.
Te rescato del cruel olvido
en mis actos tan rutinarios.
Con un énfasis propicio y sutil
los devuelvo a los días queridos.
PEDRO PABLO VERGARA MEERSOHN
Amo tu piel, amo tus senos.
Amo tu boca y tu flor de fuego.
Amo tu risa y tu silencio.
Tu mirar de estrellas y tus cabellos.
Amo tu amor, amo tus besos,
tu ser, tus playas, tu sal y tu cuerpo.
Te amo mujer, despierto y en sueños.
alborada de luz, mar de recuerdos.
Amo tu boca y tu flor de fuego.
Amo tu risa y tu silencio.
Tu mirar de estrellas y tus cabellos.
Amo tu amor, amo tus besos,
tu ser, tus playas, tu sal y tu cuerpo.
Te amo mujer, despierto y en sueños.
alborada de luz, mar de recuerdos.
OSCAR PERDIGÓN
Eva contra Eva
(paisaje lésbico)
lencería con encajes
como piel de amapolas
yuxtaposición de caderas que eriza la piel
tersuras del tacto alucinado
la saliva brotando como germen
al roce de las lenguas
humedad entre las comisuras
sed del licor hermafrodita
embriagadores temblores
desde lo profundo del instinto
más-turbación
vagina-ción
(paisaje lésbico)
lencería con encajes
como piel de amapolas
yuxtaposición de caderas que eriza la piel
tersuras del tacto alucinado
la saliva brotando como germen
al roce de las lenguas
humedad entre las comisuras
sed del licor hermafrodita
embriagadores temblores
desde lo profundo del instinto
más-turbación
vagina-ción
VALERIA DUQUE
Sin respuesta
Aquí estamos.
Sin pan, sin agua, sin dios.
Las incertidumbres en pausa
destacan pensamientos
en intermezzos de vida.
Hubiéramos de preguntar por todos los casos
por todas los dogmas, por todas las identidades.
Pero aquí estamos, una y otra vez dudando.
Nuestras manos callan
nuestros pasos gritan por una respuesta
¿ Estaremos en metamorfosis agonizante ?
Aquí estamos.
Sin pan, sin agua, sin dios.
Las incertidumbres en pausa
destacan pensamientos
en intermezzos de vida.
Hubiéramos de preguntar por todos los casos
por todas los dogmas, por todas las identidades.
Pero aquí estamos, una y otra vez dudando.
Nuestras manos callan
nuestros pasos gritan por una respuesta
¿ Estaremos en metamorfosis agonizante ?
MAGDA
SUCEDERÁ
Me esperarán tus manos,
tus caricias.
Soñarán con lugares infinitos
anhelarán desmontar el puzzle
inabarcable de un cuerpo de mujer.
Ese que tú vislumbras
adivinas.
Me buscarán tus ojos
entre la soledad
de una calle repleta,
en el silencio
que produce el gentío
corriendo hacia ninguna parte.
Y me verás llegar,
marcando cada paso en el asfalto
abriéndome camino
sin perder tu mirada
mientras me ofrezco a ti
completa, sin tapujos
embutida en mi traje de invierno.
Mis dedos te acarician
sin salvar la distancia
que de ti me separa.
Y de pronto sucede
Salto, saltas barreras
atraviesas distancias
y te encuentro
y llegas y me abrazas
me entrego, tu te entregas
y de pronto amanece
y la ciudad dormida se despierta
el invierno es verano
sobran las primaveras
y es domingo.
Me esperarán tus manos,
tus caricias.
Soñarán con lugares infinitos
anhelarán desmontar el puzzle
inabarcable de un cuerpo de mujer.
Ese que tú vislumbras
adivinas.
Me buscarán tus ojos
entre la soledad
de una calle repleta,
en el silencio
que produce el gentío
corriendo hacia ninguna parte.
Y me verás llegar,
marcando cada paso en el asfalto
abriéndome camino
sin perder tu mirada
mientras me ofrezco a ti
completa, sin tapujos
embutida en mi traje de invierno.
Mis dedos te acarician
sin salvar la distancia
que de ti me separa.
Y de pronto sucede
Salto, saltas barreras
atraviesas distancias
y te encuentro
y llegas y me abrazas
me entrego, tu te entregas
y de pronto amanece
y la ciudad dormida se despierta
el invierno es verano
sobran las primaveras
y es domingo.
LUIS DE DIEGO AGUILA
TUS MANOS
Tus manos son de seda,
suave caricia que provoca
mis eléctricos escalofríos
cuando resbalan con dulzura
por mi piel de pergamino.
¿Y tus dedos?
Son tus dedos largos,
dices que nacidos
para tocar un piano,
y ese piano lo truncaste
por mis teclas sagradas.
La palma de tu mano
asemeja un huracán,
la garra afilada del águila,
¡adormideras en erupción!
Y, sin embargo, atesoran
suaves caricias en mis cabellos.
¿Y tus uñas?
Que viven del arco iris con que las pintas,
con doseles de catedrales y pinturas
de todas las edades,
entre arañazos de placer
y clamor de pasión.
Tus manos son de seda,
suave caricia que provoca
mis eléctricos escalofríos
cuando resbalan con dulzura
por mi piel de pergamino.
¿Y tus dedos?
Son tus dedos largos,
dices que nacidos
para tocar un piano,
y ese piano lo truncaste
por mis teclas sagradas.
La palma de tu mano
asemeja un huracán,
la garra afilada del águila,
¡adormideras en erupción!
Y, sin embargo, atesoran
suaves caricias en mis cabellos.
¿Y tus uñas?
Que viven del arco iris con que las pintas,
con doseles de catedrales y pinturas
de todas las edades,
entre arañazos de placer
y clamor de pasión.
CACHO GALAN
Sin atisbo de dudas
Sin el menor asomo de duda
elijo retraer tu estilo único
a los mejores de los días
que vivimos en armonía.
Para ello agrupo tus palabras
tus gestos mas ínfimos y queridos
tus imágenes mas íntimas
y los entrego a mi memoria.
Te rescato del cruel olvido
en mis actos tan rutinarios.
Con un énfasis propicio y sutil
los devuelvo a los días queridos.
Sin el menor asomo de duda
elijo retraer tu estilo único
a los mejores de los días
que vivimos en armonía.
Para ello agrupo tus palabras
tus gestos mas ínfimos y queridos
tus imágenes mas íntimas
y los entrego a mi memoria.
Te rescato del cruel olvido
en mis actos tan rutinarios.
Con un énfasis propicio y sutil
los devuelvo a los días queridos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)