Piero Iurato

No hace falta
que el miedo produzca prejuicios
de lo que apenas posee.
Porque la distancia
entre lo que existe y lo que no existe
aún se encuentra oculta.
Por lo menos,
hasta que el verbo emancipado huya,
doble la esquina,
esperándonos y pensando,
cómo arrojarnos en una idea.

¿Será por eso
que la palabra se resiste,
para que una vez liberada nos maniaten?
¿Y si alguien encontrara
la medida de la palabra partiendo desde su silencio,
seguiríamos teniendo miedo?

No.
Nuestro vacío
se llena aún sin palabras.
Se desborda
y nos ahoga ahuecándonos.

Fabio Adalberto González

Ella


Ella no es el resultado
de doscientos años de investigación
Jamás leyó a Baudelaire ni Artaud
Ella no sabe que todos construimos
-de una u otra manera- una visión del cosmos
Se pasea sencilla, simple con su vagina
con sus dos senos, con sus dos brazos
Ella es hermosa por su mitología
anterior a su rostro de verano
le debo a sus mejillas más de una profesía
a sus sueños de oráculo cansado
a su origen cargado de fotos infantiles
a toda su maraña de transmisión oral incalculable
al rojo perfilar que la acaricia
los últimos minutos de la tarde
Porque jamás supo que el mundo fue partido
que hubo un muro
una revolución bolchevique
un petiso con boina de invierno embalsamado
un juego de pelotas
un Robespierre truncado
dos guerras mundiales
un Guernica y un Picasso
un Hernández tras barrotes
un Durruti apasionado
un Vallejo dolorido
un Roque de amor quemando
una América arrasada
un Cuauthémoc emplumado
Ella ignora la dinastía Ming
la baldosa partida que existe en los Balcanes
Ella cree en Dios sin saber bien por qué
Ella cree en mí sin saber bien por qué
Y yo creo en ella
y éste es el único milagro.

Jennie Escobar

sin titulo


Llueve
una lluvia seca
agonizan las estrofas
de un día embalsamado.
Una luz sucia
se filtra
por debajo de la puerta
como mensaje anónimo
con nombre y dirección.
Un instante encaramado
a otro instante
sobre apilados momentos
hacen equilibrio
sobre mis parpados.

Carlos Cúccaro

POEMA DE "BLUES"



Hay
una hermosura
terrible
durmiendo
en
los desfiladeros
de la muerte.
Hay
un rumor oceánico,
una
perdida voz
llena de sombras,
hay
un orgasmo rojo.
Hay
una hermosura
terrible
durmiendo
en
los desfiladeros
de la muerte.
Nadie
puede entenderlo
sin caer,
para siempre,
en
la oscura santidad
de
estar perdido.


Girondo: Recansado de los recodos y repliegues y recovecos y refrotes de lo remanoseado y relamido hasta los más recónditos reductos.


Osvaldo Norberto Lázaro

El arte de obligarse


ella mira mi nada
como nunca,
se evade disonante
huyendo del fuego
y quema el perfume
que abarca un pasado
Yo
quedo lejos
montado a un silencio
cuando se obliga
el sueño a acostar su aliento

Miguel Ángel Guerrero

Ojos con vocación de sueño


Junto a los bordes del silencio,
unos ojos con vocación de sueño
se sumergen en las aguas
donde las horas florecen
sin los pétalos fugaces de los segundos.
El infinito se congela entonces
mientras una memoria hecha
con la materia líquida de la luna
busca los besos dulces y sedantes
de una flor de fuego.
Luego, aquellos ojos con vocación de sueño,
que hemos mencionado con anterioridad,
se mezclan con una noche apasionada
y delirante mientras ellos flamean
royendo la luz
y anticipando dulcemente la eternidad.
Ellos flamean en un brillo impasible
y en medio de un frugal e impertérrito silencio.
Ellos flamean y yo me doy cuenta,
de que cuando lo hacen,
de que cuando miro con aquellos ojos
con vocación de sueño,
un abismo inmaterial e intangible se precipita
irremediablemente hacia mi ser.

Carmen Gómez Menéndez

CAMINO

Van quedando en el polvo del camino,
coronas y guirnaldas,
y sacio mi sed bebiendo la blanca leche del papel,
y arranco bocanadas de aire,
dulce viento que rellena el hueco de mis letras.

Se cubren de musgo las piedras del sendero,
respirando el aliento frío del Norte,
en mi carrera sin relevo.

El árbol se estremece,
tiritando de mi temblar helado,
y de entre sus hojas se escuchan
espasmos de alvéolos,
en la escalada desprovista de aparejos.

Jennie Escobar

paisaje de mi recuerdo



Mi pasado
tiene cerros turgentes y temblorosos
como pechos celibes
en su largo y angosto talle
Unos pajaros de arena
inventan arboles inmoviles
de latidos tricolores
para poder anidar.
Una laguna de cristal
graba mi rostro
de mejillas confitadas
en la memoria
de los peces de cobre
que el sol destella.
Un aroma exacerbada de pinos
hace florecer mariposas
formando jardines trashumantes
en la libertad de la brisa.
yo aun sigo alli,
soy parte de la soñadora pradera
corriendo entre el susurro
de los junquillos
queriendo atrapar entre mis manos
una tarde que se iba
con un trozo
de mi niñez a cuestas.


Eugenio Montejo


Desde que nace nada ya lo aparta
de su deber terrestre,
trabaja al sol, procrea, busca sus migas
y es sólo su voz lo que defiende
porque en el tiempo no es un pájaro
sino un rayo en la noche de su especie,
una persecución sin tregua de la vida
para que el canto permanezca.

Julio Ricardo Estefan

III

Hay una noche clara
buscándome en el pecho
una luna llena
que marca tu presencia,
un campo de estrellas,
infinito,
navegándome este hálito de vida
que se escapa fugaz
hacia la muerte.




V


a D.B.D.

He vendido el destino
mirando tu reflejo
apenas perceptible
una tarde de Octubre.
He dejado que el cielo
amanezca en tus ojos
y me he abandonado
a discurrir la vida.
Cada paso que damos
son tus pasos,
tu me abrirás las puertas
de este gran laberinto.
Tan solo soy un niño
llevado de la mano.





Imposibilidad de que un niño sea criado por lobos


a Mowgli, in memóriam.

Es largo el sendero,
es oscuro,
es terrible el sendero
donde llora el infante,
es, además, imperceptible
el sinuoso trotar de la manada.

Al cabo lo han rodeado,
lo husmean, temerosos e inquietos.
El animal más viejo se adelanta
y lame al pequeño
que ha cesado en su llanto.

Uno a uno se acercan al niño,
que busca con sus manos el pelaje.
Algunos aún le gruñen;
y he aquí, Sr. Kipling,
que ante el asombro de sus más fieles lectores,
el niño sonríe,
sin saber que los lobos
no interpretan igual que los humanos
que se muestren los incisivos de esa forma.

Y yo escribo,
también estupefacto,
que por ello
el viejo lobo disparó
la primera dentellada…



Efecto mariposa


“El aleteo de las alas de una mariposa
se puede sentir al otro lado el mundo”
Proverbio Chino.


La poesía agita sus alas en Tokio
y Basho evoca un camino desierto y un crepúsculo
que luego recordará Cortázar.

La poesía agita sus alas en Italia
y Salvatore Quasimodo
es atravesado por un rayo de sol.

La poesía agita sus alas en Buenos Aires
y Borges ve como vienen, por ese río de sueños y de barro,
a fundarle la patria.

La poesía agita sus alas en México
y el llano de Rulfo arde en llamas
incendiando todas su metáforas.

La poesía agita sus alas en Baltimore
y un cuervo entra por una ventana y se posa en la sala
de Edgar Allan Poe.

La poesía agita sus alas en España
y un manco escribe las locuras de un hidalgo
que agota los caminos de La Mancha.

La poesía agita sus alas en París
y un cadáver sobre la mesa de Bretón
despide fragancias exquisitas.

La poesía agita sus alas en Chile
y Neruda contempla una noche
con estrellas que tiritan a lo lejos.

La poesía agita sus alas en cualquier parte del mundo
y el huracán se produce aquí,
dentro del cuerpo.






El reino de Lolomoi


a Yazmine

Tiene ambos ojos a un lado de la cara,
una cara alargada de caballo
con orejas pequeñas.

Tiene un cuerpo ovalado y rechoncho
con ocho patas finitas
que apenas lo sostienen.

Una cola flecuda es el remate
que da vida armoniosa
a este ser fabuloso.

“Se que vives alegre, Lolomoi,
en un reino de extrañas criaturas
con colores de felpa.
Con hermanos tan raros como vos:
Limoi, Aiomoín, Mololomón,
que te secundan”.

No pienses, amigo, que deliro,
contándote estas cosas increíbles,
apenas te describo este bosquejo
del mundo asombroso
de una niña.



Variaciones de una caída por la tarde

Me caí por la curva de tus ojos
y el ocaso deliró violetas.
Con la punta del pie pise una nube
mientras crujía la tarde entre mis dedos.

Ojos, violetas, nube, dedos,
curva, ocaso, pie, tarde.

Me caí mientras el ocaso con la punta crujía.
Por la curva deliró la tarde entre mis dedos
y pisé una nube de tus ojos.

La curva, la punta, la tarde.

Mientras, me caí entre el ocaso y tus ojos.
Crujía la curva con la punta.
La tarde deliró ojos, dedos, pie.

Con la punta del pie pisé una nube
y el ocaso deliró violetas,
mientras crujía la tarde entre mis dedos,
¿me caí por la curva de tus ojos?

Jorge Arbeleche

Canto


No nombraré aquí a la desdichada
la que no atiende teléfono ni timbre
la que nunca escucha, la vieja
la sorda la ciega la pelada
la que tiene la cara de palo
(así la viera Circe Maia un día)
la desdentada la sin labio
ni paladar ni lengua ni garganta
la muda
“la indefinible
la que no es presencia ni paisaje
muralla del misterio” dijo Juana Fernández
de Ibarbourou en letras de PERDIDA
(y pocos o muy pocos la leyeron)
la imposible
la que no es o es
la mariposa negra que a Marosa di Giorgio
la mirara o tal vez era Dios el que veía
porque era difícil y era fácil el ojo de Marosa
miraba las cosas desde atrás y de costado
desde arriba y desde abajo las miraba
como nosotros miramos las noches y los días
como si fueran un agujero como un agujero
que hace en la ropa la polilla
como el agujero que hace en la ropa la polilla
y cada vez se agranda un poco más y a veces
también se mete el dedo sin saber ni cómo ni por qué
pero metemos y el agujero se agranda cada vez
nunca se zurce ni se tapa ni se cubre
porque huérfanos somos todos un momento
a veces huérfanos del aire o del suelo que pisamos
perdimos también la música del fuego y el agua perderemos
no quiero no por eso aquí nombrarla
–cantar quisiera pero el canto escapa–
dejar en testamento un verbo a conjugar





Contracanto


Adelante
Señora de la Ausencia
y la dueña del Vacío,
la Oscura
la que no se nombra
la Descalabrada,
no te quedes allí
en el umbral
de toda la Aventura.
Estás en el vestíbulo
del arduo jardín que se avizora
de pie
en la antesala
del último edén con que se sueña.
Tan triste siempre
como un mar sin agua
como aguja de Sombra
o flecha de silencio
Clavada en la vena de luz de las palabras,
allí, en la bruma entreverada, atisbando
detrás de la muralla de los hielos.
Eterna enemiga del amanecer.
Recoge
tu huella de la arena
dale forma de pie y sóplale
el aire del camino y de la marcha.
Atraviesa
los círculos del fuego
asómate
de lleno a los calderos
donde se cuecen las células del oro
y al jugo del durazno empapa
la entrepierna sangrante del verano.
Escucha.
Es el ruido del mar.
Es su mirada.
Porque el ojo del mar
no tiene
párpado pupila ni pestaña.
La mirada del mar nunca termina.
Tú y yo. Los dos. Únicos.
Amigos y enemigos. habitantes
somos de este espacio, uno
adentro, otro afuera
de todos los espejos.
Los cuatro ángulos rectos de la Cruz
nos delimitan el perímetro. Cada uno
ocupa la mitad exacta de su círculo.
Porque sombra y claridad allí se entienden
en un feliz acuerdo de balanza.
Y está bien.
Lo de arriba no baja.
Lo de abajo no sube.
Es rígida y precisa la frontera.
Respetamos el pacto. Y convivimos.
Intacta está la hoja de ruta ya trazada
en este desierto donde el viento borra
todo lo escrito sobre el médano.
Apenas se derrumba vuelve la duna
a contornear su esfera
y escribimos nuestra cifra allí, aunque
se borre.
Las sílabas del Aire
Se agrupan crecen y se expanden.
En lo alto del álamo perfecto
Vuelve a brillar
El blanco sonido de la Misericordia.

Norma Gianico

Cuando receptora succione
el afán de apresar
la placenta del tiempo
no habrá testigos para preñar el cielo
¿Quién dice que son miméticos sus logros
que pueden alcanzar al rayo?
¿Qué pavorosa comedia
rasga el río de sus días
hasta el desencuentro aceitado
en la parda odisea de la noche?
Tan atada va la vida
a un poste de silencios
que en su estuario entra el sol.
Si bailo esa polka
será furtivo su centro daltónico
para divagar horizontes.
Puedo vacilar, arrepentirme, retroceder
pero arden mis huecos
entre tanta traición.
Clavo el acero del dolor en la tarde
sobre el boquete del camino
Por su propia culpa
ya no existen señales
para orientar la soledad
a un mismo patio de rebeldía.
Callado va chupando el raciocinio
hasta oxidar los peldaños de la emoción.
Tanta cruz lleva prontuarios
al portón de hojas prisioneras
para cercar al Destino
que se apresura en irse
sin el diploma bajo la piel.

OMAR CAO

“Inventemos lo maravilloso, lo poético; la acción concertada,
de lo utilitario hay demasiados ocupándose”


DICEN que la frialdad
es atributo de la muerte
y de su cercanía,
las hondas preocupaciones quedan
quebrándote la piel.

dicen que el calor y la vida
se confunden.

descubrí tres hebras blancas en mi espejo
favorito

dicen que si se canta se olvida

recogiste una flor

dicen y dicen
y en cambio tu silencio.


*

LLAMA en piedra
madera oscura
Kuraiem canta:

“No cazo con halcón
yo soy del suelo
de donde hacen
su patria
los chingolos.

Engarzo como
preciosas
piedras verdes
los árboles del barrio
en el cobre del sol
y en las mañanas
la aguamarina dura
del trabajo

Soy solo una ansiedad
que no resuelve el llanto
un dolor trabado
que se afirma
y se trenza
con todos los dolores
diariamente”

Llama en piedra
madera oscura
¡canta!






DEL DOLOR

Donde duelen los bastos
en la nuca
me duelen las palabras como estrellas
cuando el sueño no llega.
Eso queda de mí; te lo regalo
alguna vez agregaré mi miedo
cierto
mi deseperación,
si celebramos un día
un acontecimiento te mandaré
—pudiera—
el corazón clavado en un cuchillo.



AY MADRE

dónde tus canciones
infinito y sus caminos

cerrado tiempo arriba
las guardan
Ayer flotaban
sobre tu aire

sobre tu aroma a hijos
sobre tu presencia
pulida de trabajos
Ahora donde nadie.

Tus canciones…
en qué palabra,
pliegue del tiempo.

Llega tu sol salvaje
a formar mi memoria.
Ay madre
Dónde tus canciones,
dónde.


*

NO TENGO soledad,
tengo un silencio nuevo,
una letra más clara
otras palabras
y las manos pesadas
del hermoso cansancio

Stella Maris Taboro

MADRE TIERRA


El alba silenciosa ilumina el paisaje
una brisa frÍa se extiende implacable
y ella está allí, callada , dolida y sobreviviendo.

Sigue amando a sus hijos, aunque la pisotean
brinda su piel arrugada de años
da vida y va respirando a borbotones.

Sopla el viento ,te bendicen las cascadas
y sigues callada, tú que eres universo originario.
esperas de tus hijos algo de piedad y ,un poco de caricias.

Eres realidad cantada en milenarias creencias,
No llores madre tierra ,tu aroma enamora
a los verdes duendes que crecen en tu falda.

Soledad, donde entra el sol en tus poros sedientos,
imploras aguita mansa que calme tu sed
Sumisa tierra que la ambiciòn golpea.

Te han llamado Pachamama y te brindan ofrendas
Mas tu que de tiempo y silencios conoces
ruegas cada dia, que la ambición no te mate.


Mariano Estrada

EL CULEBRO Y LA VACA.

Bajo la cemba del prado,
por donde corre la madre,
maté un culebro, María,
¡mira qué grande!

Yo estaba medio espurrido
al zumbo de unos zarzales,
abandonado a unas cuentas
que de tan claras no salen.

En esto escucho un silbido,
echo un vistazo, no hay nadie;
la vaca al fondo, muy sola,
y yo avizor a esta parte.

No se oye más en el prado
que los zumbidos del aire;
así que vuelvo a los rumios
por los que andaba endenantes.

Pero la vaca se enerva,
levanta el morro, no pace;
¿qué es lo que pasa, Garbosa?
¡Ay, ay, ay, ay! ¡Miserable!

Era un culebro, María,
nuestro presunto ordeñante;
sentado sobre su cola,
erecto, todo gaznate.

Le eché la mano a la gorja,
bien ocupada en el trance,
y lo afogué en un latido
de la pasión y la sangre.

Aquí lo tienes, ¡qué lomo
para adobar con tomate!
La leche que nos birlaba
nos la devuelve hecha carne.

Del libro “Tierra conmovida”

Nota:
-Cemba: margen, caballón
-Espurrido: extendido, estirado, recostado
-Gorja: garganta

JESUS ALBO

VIENTO

En mil colores aparece la mañana,
las tinieblas se han ido en desafío,
el agua ya murmura en su cause
del amor que olvidado se fue al rio.

No pude comprender porque el silencio
de tu voz, oculta el sentimiento...,
ni siquiera la luz de una palabra
que quisiera en suspiro ir al viento.

Quisiera entregarte en un instante,
aquello que se entrega sin medida,
las primicias del cielo destellante,
las auroras que iluminan la vida,
y si algo aún queda para amarte,
hacerte mi sol, mi luz, mi consentida.

Pero soy viento fugaz, el que se escapa
a dimensión sublime del ensueño,
el que lleva mil recuerdos de la tarde,
en que juré tomarlo de medida
entregando el fuego en que me quemo,
y con beso de amor, darte la vida...

Rosa María Pargas – poeta desaparecida

TENGO QUE ENTENDER


Tengo que entender
Que ahora estés horizontal y quieto,
Entonces busco la respuesta a una mano
Que se quedó media hueca, toda sola
Porque nos faltó una tarde cualquiera
En una esquina común
Porque nunca desordenamos juntos una cama
Pero aprendimos a desordenar bien nuestra imaginación
Para esperar mejor, así crecimos.
Hay un pueblo que espera al combatiente rubio
Hay un pueblo rápido que aprenderá mejor
La posibilidad de mis ojos
Me regala un cielo cuadriculado y chico
Más allá de las rejas las gaviotas juegan
A la tarde de viento esquivado.
Más acá, aquí adentro estoy yo
Aprendiéndote la muerte, ¡compañero!

Héctor Berenguer

La casa de arena


Gusto a sal en la boca,
principio y fin de todas las cosas.

Cuando el verano termine
el viento me tallará como a una duna.

Mi arrepentimiento es no terminar a tiempo
y que mis deseos permanezcan más allá de mí mismo.

Anoche tuve un extraño sueño…
podía ver pasar la vida como se da la mano o la espalda.

Las cosas cambian de sentido
y con ellas se detiene todo lo previsto.

Hay otro mar e irrumpe en sueños su larga travesía,
piedra horadada que recoges lo que el cielo desprecia.

Vulnerable es el hombre hecho a la altura de su luz.

Cuando era un niño
solía susurrar exigente el término del miedo
Ahora, cuando llamen por mí,
habré desaparecido

Amo este día porque todo se pierde.

El estar aquí nada más que por nada
cautivo y libre en un instante eterno.

Siento la vida extrañada como si fuera de otro.
¿Acaso no soy ya la sombra de mí mismo

César Bisso

Durar


Tu deseo por vivir
tocó lo prohibido
con la punta de los dedos
y de pronto
una falange tras otra cayó
y gota a gota la sangre
y en cada desgarro la sangre
y entre huesitos rotos
la espesa y lenta sangre
ahogó noches y días.

Nunca duró tanto la muerte.

Wislawa Szymborska


Ciertos pescadores sacaron del fondo una botella.
Había en la botella un papel, y en el papel estas palabras:
"¡Socorro!, estoy aquí. El océano me arrojó a una isla desierta.
Estoy en la orilla y espero ayuda. ¡Dense prisa. Estoy aquí!"
-No tiene fecha. Seguramente es ya demasiado tarde.
La botella pudo haber flotado mucho tiempo, dijo el pescador primero.
-Y el lugar no está indicado. Ni siquiera se sabe en qué océano,
dijo el pescador segundo.
-Ni demasiado tarde ni demasiado lejos. La isla "Aquí" está en todos lados,
dijo el pescador tercero.
El ambiente se volvió incómodo, cayó el silencio.
Las verdades generales tienen ese problema.
Versión de Gerardo Beltrán.- De "Sal" , 1962.

Manuel Scorza

Serenata


Ibamos a vivir toda la vida juntos.
Ibamos a morir toda la muerte juntos.
Adiós.

No sé si sabes lo que quiere decir adiós.
Adiós quiere decir ya no mirarse nunca,
vivir entre otras gentes,
reírse de otras cosas,
morirse de otras penas.
Adiós es separarse ?entiendes?, separarse,
olvidando, como traje inútil, la juventud.

¡Ibamos a hacer tantas cosas juntos!
Ahora tenemos otras citas.
Estrellas diferentes nos alumbran en noches diferentes.
La lluvia que te moja me deja seco a mí.
Está bien: adiós.
Contra el viento el poeta nada puede.

A la hora en que parten los adioses,
el poeta sólo puede pedirle a las golondrinas
que vuelen sin cesar sobre tu sueño.

Susana Amoroso

Cómo quisiera comprender el diálogo entre las estrellas!
Los juegos de las gotas de agua cuando chocan entre sí y salen miles
más pequeñas..El pimpollo de una flor cuando recién comienza a
emerger...
Los pinceles de los pintores que se envuelven en distintos colores y
luego ven la obra conclusa...Los sonidos del piano a veces en un
"adaggio"y otras en un "molto vivace", sugiriendo de modo diferente...
Los vientos que se encuentran y se entrecruzan sin saber dónde
ir...Las nubes de distintos tonos que quizá no sepan el por qué de su
viaje errante...
Quizá apenas sepamos qué sentimos, qué deseamos saber, cuánto dolor
nos invade o cuál será nuestro futuro inmediato que con incertidumbre
y dolor nos condiciona el vivir!.....

ALBERT ESTRELLA

Testimonio de parte antes de una primera muerte hacia la vida


No
Yo no leo poesía/ la poesía me lee a mí
la radiografía de mi alma es una hoja en blanco
una placa velada por tanta luz
ojo; no hablo de iluminación sino de la luz
y de esas pequeñas porciones de oscuridad que son mis letras
como virus de un algo que no sé que tengo enfermedad
ya me cansé de aparentar lo que no soy…

la realidad se está metiendo a esta hoja por contra-natura

hay que dejar todo oscuro para valorar la luz
mas no la iluminación
lea aquí un poco de su oscuridad
reciba a cambio una luz en los ojos
y una placa de rayos X en el alma

II

Lo di todo por la poesía pero ¿Qué me ha dado la poesía?
que es como un hijo que ha crecido torcido como un arbusto (no tan grande)
pero que también es mi padre que me alimenta
todos los días con sus platos de realidad y yo le digo:
te olvidaste del sazonador y él me dice:
échate a tu gusto sobre la cama hasta que te crezcan raíces
y yo h -echo un par de lágrimas a mi sopa seca
que no es sopa sino segundo

Lo di todo por la poesía pero ¿Qué me ha dado la poesía?
si me he gastado 2 sueldos para editar un libro que no me entienden mis amigos/ si he dejado de trabajar para presentarlo en un local donde hay unos cuantos gatos que me maúllan/una gata que me ronronea y se pasea por mis piernas pero que luego en las noches/ en los techos fingen un funeral con mi cadáver como en aquel mediocre poema de mi adolescencia donde no sabía cuántas sílabas tenía la palabra poesía y no quiero saber

Lo di todo por la poesía pero ¿Qué me ha dado la poesía?
sino más poesía y un sabor amargo en la lengua (española) que se parece a la peruana que cómo dije es el tobogán más tortuoso del mundo em-bocado hacía una piscina donde Vallejo aprendió a nada-r


III

La poesía del siglo XXI debe tener enlaces como en las páginas de Internet subrayadas cursivas o en negritas o subrayadas cursivas o en negritas
Donde si dices que la teoría del Big bang fue el inicio de todo este enlace te lleve no al wikipedia ni a una página de la NASA sino al origen mismo de todo que es el silencio o en todo caso te lleve a the Big Bang Theory para que Sheldon Cooper te explique que toda existencia es imposible sin la existencia de Star Trek

Eugenio Montejo

Manoa



No vi a Manoa,
no hallé sus torres en el aire,
ningún indicio de sus piedras.
Seguí el cortejo de sombras ilusorias
que dibujan sus mapas.
Crucé el río de los tigres
y el hervor del silencio en los pantanos.
Nada vi parecido a Manoa
ni a su leyenda.

Anduve absorto detrás del arco iris
que se curva hacia el sur y no se alcanza.
Manoa no estaba allí, quedaba a leguas de esos mundos,
-siempre más lejos.

Ya fatigado de buscarla me detengo,
¿qué me importa el hallazgo de sus torres?
Manoa no fue cantada como Troya
ni cayó en sitio
ni grabó sus paredes con hexámetros.
Manoa no es un lugar
sino un sentimiento.

A veces en un rostro, un paisaje, una calle
su sol de pronto resplandece.
Toda mujer que amamos se vuelve Manoa
sin darnos cuenta.
Manoa es la otra luz del horizonte,
quien sueña puede divisarla, va en camino,
pero quien ama ya llegó, ya vive en ella.

Hugo Patuto

TRACKING


Entre las monedas y el silencio
la identidad prolija que devora con fauces
de bruma colosal
cada pista firme del orgullo.
Verse como límite: un demonio sin cabeza
rumbo a su drama especular
tendido por alguien salvajemente,
ese perdón que nunca sutura.
Escriben para derrotar al miedo
(el arnés vale debajo de las constelaciones);
otra hoguera, mil palabras
porque la mentira no da tregua.

M Milagro Sena

Tumbarme en el campo,
al anochecer,
sobre la fresca hierba verde.
Sin pensar en nada ni nadie,
que no seas tu.
Saber que muy pronto,
con hambriento abrazo,
te estrechare.
Atrayéndote suavemente,
hacia mi regazo.
donde nos embriagaremos de gozo.
Y que juntos sobre la hierba,
retozaremos hasta el amanecer.
¿Hay algo más importante que hacer....?
Hilvanar pensamientos con sentimientos,
emparejar promesas con caricias
repletas, plenas, de albricias.
Meciéndonos en ello con ilusión.
Trenzando, las infinitas ternuras,
con loca y desatada...pasión.
Bajo la nítida luz de la luna,..
hasta el alborear del alba.
¡¡¡ No hay nada mas bello que la espera!!!
¿Hay algo mas importante que hacer?

Ana I. Hernández Guimerá

¡AY!


Si me dejaras llegar a tu alma,
si pudiera...
la llenaría de lirios,
le enseñaría
cuántas sonrisas
están guardadas para ella.

Si me dejaras llegar a tu alma,
si quisieras...
le mostraría todo el amor,
le hablaría en voz baja,
y acurrucada junto a ella,
dejaría,
quedaría
prendida,
instalada
en ese bienestar añorado,
deseado,
desde tiempos no soñados.

¡Ay!
Si quisieras...

ANA I. HERNÁNDEZ GUIMERÁ

Maresía



Maresía, que palabra tan evocadora.
La llevo pegada a mi piel, a mi cuerpo porque crecí con el salitre pegado a la nariz y siempre digo que soy hija de un volcán

y de la mar.


Maresía es la humedad que el aire de la mar deposita en los objetos y en las personas. Y desde la casa blanca y azul, conformada como un barco, la vivo y la viví siempre ¡qué afortunada soy!


Es ese sabor, ese aroma, ese eco que pervive por siempre en el recuerdo de quien aprendió, por vivirla, a amar la mar.


La melodía de este océano, que me circunda y constituye mi idiosincrasia, es fuerte, a veces, y suave otras.
Pervive constantemente en mi retina,

su olor, su Maresía, en mi cuerpo.

Leonor Rodríguez Rguez.

A ÉL




Suspirando por los albores del universo
vas dejando regueros de notas ardientes:
De lamentos, de congojas, de sueños......
que, vocean quejumbrosas palabras de desaliento
por un amor que contrae tu pecho sediento.

No en vano empuja el viento mi ventana
chisquea su silbido por estre sus goznes
y alimenta a mi alma ansiosa
de recibir desde tan lejos tu aroma
en las mañanas de desosego y zozobra
de que se pierda en otros lares de mozas.

Es el viento mi cómplice, no se equivoca,
de mis pensamientos agoreros, sinuosos
que, me inducen llorarte en desconsuelo,
me despierta con gran arrebato
entrando cual ciclón y besar mi cara
entre su halo que me arropa.

¡Abre los ventanales!deja entrar al viento
él te lleva escrito la voz de mis ensueños
de quererte tanto como es tu deseo
y aún más, porque me calas muy dentro
donde se revuelven ansiedades volanderas
de cruzar océanos,siguiendo los pasos ...
de nuestro viento.

Viento mañanero, viento en quimera
cartero: En las danzas de mi espera
no pierdas tiempo en las entregas
de los versos de mi amor
que, aguarda mis respuestas
de arrullos de tórtola en primavera.

Miguel Ángel Guerrero

El ultimo bocado del tiempo


Entre él,
un sueño de textura deslucida
y el ciclón cósmico de sus suspiros,
se esconde el aroma de las flores frescas
que se deshojan eternamente en el paraíso.

Entre las nubes que se refugian
en su mirada
y la mirada ávida que él le dedica
a la naturaleza,
se esconde el idilio apasionado
y arrobador
de una rosa con la brisa,
una fuente sagrada donde gorgotea
el agua de la vida
y la última de las esencias que componen
los latidos del corazón,
es decir:
la última caricia, que es también
el último y más provocativo
de los bocados del tiempo.

Salomón Mosquera Rugel.

AGUAS DE CRISTALES


El mar me abraza
con sus aguas de cristales,
y sobre sus arenales
las mansas olas danzan,
y marinas aves se lanzan
en acrobáticos vuelos,
y como acerados anzuelos
atrapan sus largos picos,
peces medianos y chicos
y se elevan felices al cielo.

El aire del mar, salino,
besa los acantilados,
que observan esperanzados
una panga que a la playa vino;
buena faena, aves en trino,
vuelan cerca y la escoltan,
e igual que abejas se alborotan
personas a comprar la pesca,
del día, abundante y fresca,
la panga ya vacía los pescadores remontan.

LONG-OHNI

TRAS EL VIAJE



Tras el viaje,
aguas de amianto, ciénagas, manglares
y charcas pestilentes
en las que algún humano dejó sus excrementos.

No la dorada playa que imaginaste un día
con ese sol hundido en las arenas
ni con tibias estrellas bailando sobre el agua
como faros pequeños que dan la bienvenida.

Sólo terror, oscuridad y mugre
Es lo que está en espera
luego de tanto orsar,
de tanto derivar buscando el rumbo,
después de henchir las velas
y sentir el temblor del pertinaz oleaje
que roza el casco con la inicua impiedad
de todos los relojes.

Has andado, capitán de los sueños
por millas y más millas de mares tenebrosos,
por ríos serpenteantes que olían a raíces,
a trinos y a verdor y a soledades,
te hundiste en las bahías en busca de reparo
cuando Eolo batía su furia desmedida.

Has sido astuto al cortar las crestas de las olas
con la proa filosa y decidida
pero aunque duelan los omóplatos, los brazos,
aunque duela el recuerdo de aquello que se quiso
en el instante mismo de soltar las amarras
no te afanes: no hallarás la playa ni la isla
ni el puerto donde una mujer humilde
te espere estremecida con los brazos abiertos.
pues sólo encontrarás el triste barro
de tu propia miseria.

Raquel Graciela Fernández

THE LAST SONG


“I never thought you'd come
I guess I misjudged love
Between a father and his son”
Elton John, “The last song”





No sabía que iba a venir.

Pero vine.

Golpeé tu llanto tantas veces

para que abrieras la puerta.

Golpeé los dientes que desgarran

todos los catecismos,

la lengua que maldice,

la piel que sangra leche tibia

(hubo un niño una vez,

hubo un sujeto en ese objeto incomprensible

que es el cuerpo muerto).



No sabía que iba a venir.

Pero vine.

Te tomé entre mis brazos.

Sombra.

Pájaro deshecho.

Mujer rota en cuatro letras

(la m, la a,

la m, la a).

Mujer con tantas arrugas nuevas.

Vine y no me importó ser

un detalle al costado de la ausencia.

Vine y no me importó

que me clavaras tus puñales solos.



Yo comprendo, mamá.

Yo también soy feroz cuando me duele.

Yosie Crespo

Poema de la rosa


Yo nunca ví la rosa.

Caminé por senderos
y olvidé que mi destino era libre
como los nombres extirpados de mi cuerpo,
me rendí a la vida.

Yo no hice un pacto con su vientre,
pero dejé mi sombrero de alas
al borde del silencio
para morir de cansancio
al pie de su belleza.

Yo nunca ví la rosa.

Crecí desde una piedra
con una antorcha viva
desde el alma
y prometí portar su nombre
y ahogar todas las puertas.

Ella me dejó escrito
en su canto rodado de pájaros
vagando sobre mi cabeza, el amor.

El susurro de su más débil recuerdo
selló con un suspiro toda mi soledad.

Ahora soy aquella mujer
que abraza toda su sangre
como si fuera una cruz.

Rubén Eduardo Gómez

(alturas)


a estas alturas, dice / uno no puede sacarse la espina /
masca el misterio y lo escupe rumiado /
deja que le queme el ser / o que se desangre en la melodía de la risa /
enredada en la cresta //
a estas alturas, dice / uno cree que la ha apresado / que ha encontrado el sentido /
y entonces
duerme con el daño.

Marina Centeno

‎"Mordiendo el encaje trasegado de los sueños"




Vuelves

a llenar la canasta con las nueces
porque las niñas se persignan
cuando las criptas crujen
y entre sus piernas nacen los espejos

porque baja la luna

a repartirse nueve veces
como dulce concubina

Entonces

la llegada de los trenes se presagia
cuando tiemblan los troncos

Carlos Cúccaro

Ni orden ni caos.
Más bien vida.
Espacio
ganado y perdido
al ritmo
de las estaciones.
Todo azul, todo abierto.
Árbol del Conocimiento
agigantándose
en medio de la locura.
Esa larga costumbre
de nombrar al diablo a medianoche,
y esta lluvia en los zapatos,
y tu amor
latiendo
con una plenitud de loba y de cuchillo
en
la distancia.