Sebastián Puzer

dejaré que pose mi cadáver entre las nubes del rio,
y mi alma se esconda en la humedad de tus labios,
persistiré entre las aguas del ocaso,
y sentiré el grito voraz del silencio,
entre multitudes de nada,
y abrazos de la muerte con sus brazos de algodón,
y veré la luz del alba hecha triza en el viento,
y al fin seguiré siendo,
la inmortalidad misma.