Gustavo Tisocco

Amo a un hombre pez...


Amo a un hombre pez,
un hombre marino,
acuático como las algas, como la sal.

Habita en las profundidades oscuras de todos los naufragios,
a veces llora
terriblemente solo allá abajo,
en otras baila en salones transparentes, torrentosos.

Yo amo a ese hombre pez
de cuerpo brillante/filoso,
de un mirar constante/horizontal.
Un hombre que me cuenta eternas leyendas,
que me canta con su voz de espuma
y me abraza como puede.

Yo amo a un hombre pez
y soy hombre terrestre.

Me condena la asfixia.
Lo condena mi aire, mi mundo de pájaros,
mi universo de redes, de anzuelos.

Me mira desde la superficie apenas sumergido
lo miro desde mi oxígeno
al límite extremo del ahogo
y nos besamos apenas un instante,
ínfima eternidad habitando en la apnea.