Carmen Gómez Menéndez

PAZ


Llevo el alma cosida de remiendos,
velamen de pergaminos medievales,
cansado de travesías en galernas.

Dónde encontrar la paz de aquélla primera visión,
imagen que nos obliga a crear día a día,
la palabra esperanza...
vana quimera,
donde se alimentan los fantasmas,
cada noche...

Y, es ahora,
cuando traspasé las barreras de absurdos despertares,
que busco el descanso merecido,
sobre el dulce regazo de un amor inventado.