Carlos Barbarito

Bebe lo que hay de luz en la penumbra...


Bebe lo que hay de luz en la penumbra.
Come panes de aserrín, de ceniza
mientras oye caer, en un agua remota,
otro imperio, una estrella.
Pude ser fecundo -piensa-;
pudo el mundo sostenerse
por si mismo en el vacío perfecto,
pero se apoya, por cansancio,
sobre un cansado elefante.
Pudo ser fecundo,
lustral, exacto, propicio,
aireado, expresivo,
voz en el centro del coro,
perfil nítido, hasta miel púrpura,
oleaje profundo, oro.
Encuentra alivio, un poco.
En un hueco cálido donde cabe,
por un momento, apretado,
como un nonato, contra si mismo.