Leonor R.R.

ASUETO


Hoy mi vida se derrumba
y mi alma plañidera
se abate de dolor:

Es el camino de esbozos
de aquellas telas pintadas
que al correr del tiempo
se desdibujan de mi
y me sumo en tristeza
por no ver, tierna y fresca,
tu imagen en mi recuerdo
que como bruma en la mar
no me deja divisar.

Todo, dicen,se olvida
en el caminar del tiempo,
le suplico a Cronos, inquieto
se detenga en mi pensamiento
cuando mi alma desea
reflejar en mi retina
tu figura en movimiento
atrayendo mil recuerdos
de pasajes en colores
de muchos años
de vida en común
que no puede suplir
un retrato pueril.

¡ Cronos, por favor, detente !
camina hacia atrás, por mí.....
ayúdame a extraer de tus hojas
aquélla en que se refleja
el espejo ensoñado de......

¡ Ya está, hemos llegado !
de un día de verano......

Te veo, te veo en aquel tiempo:

Tu figura destilaba amor por entero
grácil, juvenil, corto pelo ensortijado,
mas parecías un dios griego;

vestido y calzado para el momento
entre las rocas y el mar al fondo,
con el torso al descubierto
remojados tus pies
por la marea que iba subiendo,
impertérrito ante aquella cueva
morada de dos inquilinos sabrosos
esperabas fijamente, con aplomo
asomaran sus cuerpos
para echarles el "guante", pescarles;

al fin salió la hembra
que cayó en tu red
la siguió el macho
que tuvo igual destino;

triunfal, después, de dos horas
de tanteos y esperas
viniste hacia mí
ofreciéndome el trofeo;

nuestros retoños palmoteaban
saltaban, nerviosos, contentos....
se agarraban a tus piernas
pilares de seguridad, para ellos,
cuando intenté cogieran
uno de aquellos vichitos
para más decir, andaricas
así llamadas en nuestra tierra
más sabrosas y grandes
que cangrejos;

pensé en su muerte lenta.....
yo ser su verdugo.....
porque tú para ello
sentías muchos escrúpulos
así que....
se me vino a la cabeza
su cocción lenta....
y al punto decidí
salvarlas de una muerte horrenda:

Ve, te dije,
deposítalas en su ambiente.....
mírales sus ojitos.....
con qué terror nos miran.....
sus boquitas no paran de moverse
parece estén pidiendo clemencia
tú, duditativo, te quedaste mirándolas
y los niños gritaban......
¡ si, papá, sí ! échalas al mar......
así fue como se salvó aquella parejita
de ser engullidas por nuestras bocazas
y ve tu a saber ¡cuanta prole abran tenido!

Te acuerdas.........
por la noche en el aposento
cuanto reíamos, recordando la odisea.

Noche de verano
bajo un mar de estrellas
de estrellas flotando
en el Universo,
con nuestros niños cerca
correteando por los jardines,
la brisa del mar
peinaba nuestros sueños,
los gorrioncillos, aún despiertos
con su piar y revoloteo
amenizaban nuestra fiesta
FELICIDAD, reflejad en tu mirada
que a mi alma llegaba
envolviéndome en halo de misterio
en esa noche de ensueño
después de un día programado
de asueto.