Raúl Romero

POESIA INFANTIL PARA MUSICALIZAR


Alguien vio a la batuta
preguntó desesperada
la voz de la flauta dulce
a todos sus camaradas.

Yo la he visto dormida
en el atril se encontraba
dijo un violín bigotudo
mientras sus cuerdas tonaban.

Siempre lo mismo, que chica
bufó en sus teclas el piano
despertando a los tambores
en bemoles bostezando.

Que pasa tanto alboroto
dijo una nota cansada
dibujada en las líneas
que forman el pentagrama.

Es que falta la batuta
y pronto será la gala
contaba la semifusa
a dos negras y una blanca.

A ver si ponemos orden
grito un trombón morrudo
y empezamos a buscarla
por los rincones oscuros.

Seguro esta escondida
argumento la guitarra
y se burla de nosotros
observando lo que pasa.

Uy miren esta llegando
el director carabuena
con su maletín mullido
dijo por bajo la quena.

Quedémonos todos quietos
como si nada pasara
chisto pronto la batería
que a sus platillos calmaba.

Entonces como si nada
apareció la batuta
en manos del carpintero
que barnizo su figura.

Mas tarde como disculpa
por lo que todos pensaron
le regalaron acordes
como nunca interpretados.

LUCIA GÓMEZ

¿ERES ACASO, ADICTA? MUJERES MALTRATADAS


Acaso, mujer,
no quieres decir: ¿basta?
¡Los caminos de la vida,
no son como tú creías,
no son como tú soñabas
y golpe a golpe te acabas.

¡Hay un silencio que grita en tus entrañas
quieres huir pero encuentras excusas
y callada, postergas en silencio la huida!
te demoras en salir del laberinto,
te maltratan y todos te preguntan:
¿eres adicta acaso?
¿no tienes más remedio?

En la cuna, tu hijo llora
y en cada lágrima
parece que gritara
e invocas a tus dioses
para romper el círculo
que no quiere detenerse
y el maltrato hace mella
y recorres vacíos sin señales.

¡Te despiertas golpeada
mirando sin mirar
y el espejo es testigo!
caminas tropezando
sabiendo que tu llanto
no lo detiene el miedo
y aplazas la denuncia,
por un absurdo acto de amor.

¡El golpe tras el golpe
amarra tu palabra
y no es sólo el cuerpo el que te duele
y caes de la promesa a la trampa!
de nuevo la coartada
del hombre que te hiere
y en ese ir y venir
tu alma de mujer es la que llora.

Juan Sagardía – Santoamor


CUANDO ERES


Enaltécete
aunque aumente
el dolor del cardenal,
la supervivencia
es de los valientes.

Tu pasión debe ser
unidad y conjunto
de amor y día.

Elegancias
y postura blanca
en tus tropiezos.

Agradece el saber y verdad
por amplios sortilegios
que te llevan derecho,
arde en ellos
llama de la confianza.

Despierta
ante la espera,
el amor vuelve a ser
cuando eres
columna y bastón.

Emmanuel Cassanese

LA NOVENA


En malla,
tu cuerpo xilofonado:
.................................la novena de Beethoven.

En los silencios
sinfónicos de tus senos:
.......................................sorda mi boca.

Y como Himno a la Alegría
mi esperma restalla
amontonado
buscando eclipsar
tu claro de luna.



NOS SORPRENDE



No es que no sepamos reconocer
en la lluvia vespertina de agosto
las gotas de toboganes
que en nuestras mejillas agrietadas
caen.
......................................(Sabemos hamacarlas
.......................................acurrucarlas
.......................................y saboreamos su frescura
.......................................como barriletes mentolados
.......................................en alta mar.
......................................Y hasta en los momentos más épicos
......................................nuestras lágrimas
......................................saben hacer amistad con ellas)

......................................Ni tampoco es su barro celeste
......................................(el cual nos re-crea cada carnaval
......................................como tamborcito eclipsado
......................................cuando creíamos muerta a la luna)
......................................lo que nos sorprende.

Ni mucho menos, lo que deja:
el cabello mojado de mujer
que nos hace sudar azufre
.....................................reventando espejos.

Nos sorprende,
eso si,
la hipérbole
de paraguas, botas y pilotos
que hemos comprado.



Contribuyo a mi propio funeral
preparo el cajón de almendras
las coronas de reyes derrocados
el responso de sacerdote pájaro.

Contribuyo a llevarme de las manijas
Sello con saliva hueca mi sepulcro
con la azada de abejas
..........................................................cavo.

Me hundo.

Lo que no entiendo
es esta manía de todas las medianoches:
desenterrarme y preparar la mesa
adornarla con grillos
y esperar cenar junto a las estrellas.

Ezequiel Wajncer

Indiferencia


Hombre mira mujer. Mujer, nada.
Hombre se acerca a mujer. Mujer, nada.
Hombre dice palabras. Mujer, nada.
Hombre insiste. Mujer, nada.
Hombre molesto se retira (con lancha).
Mujer se ahoga.

Eduardo Espósito

El amor es un número imaginario

A Roger Zelazny

Hacé de cuenta que tengo brackets y besame
Son menos juveniles mis encías
La mano llega a su fin/ roba un recuerdo
Algo así como otra gente se desplaza
Y vos sintiendo el peso de tu lengua
que aligera el desgaste de mis años

No más tormentas en tu cara
ni tragedias gris topo que nos muerdan

Habrá un jadeo de luna en tus mejillas
Una liturgia remota
como de botellas friéndose de envidia
Y algún pantano dormido en nuestras bocas
si no te importa besar a un dinosaurio.

Natalia Petronacci

MUÑECA ROJA


De repente
la muñeca parpadea
Juega al todo o nada
ríe
Y su risa es un torbellino
que lo encubre todo
Radiografía de un alma
muerta
¿A quién ve la muñeca
cuando nadie la ve?
tiene el rostro quieto
manos sudorosas
ensaya su sonrisa de plástico
sueña con que sus piernas
la podrán llevar a un viaje
mientras el disco gira
su mente divaga a otras tierras
con el césped húmedo
bichos de colores
y una calesita
Siempre en el mismo bemol
sus dientes quieren decir
detrás de esa boca
esa boca roja
como sangre coagulada
o una eterna menstruación
no pertenece
solo a los niños
quizás haya alguien
en su paseo
Vértigo
Violento
de la espera.

Mutsuo Takahashi

"En el mundo de las malas hierbas"



"En el mundo de las malas hierbas
es constante la lucha por la supervivencia
concretamente, parece haber plantas
que segregan sustancias nocivas
para las otras plantas"

Tu,cuando eras alumno de la escuela
secundaria y decías esto
en tu trabajo, en papel mimeografiado barato,
aún no sabías nada del alma de las plantas.
Del alma de las plantas que se desprendia
de sus cuerpos espirituales,
No sabías nada de las sustancias del alma
"este no soy yo, fue mi alma quién mató a mi hermano,
por eso os ruego que no me castigueis a mi
sino a mi alma, yo no soy culpable"

Así se defiende el criminal
Se dice que el alma del ser humano existe
ligeramente desplazada del hombre como imagen real.

Ligeramente desplazada de la planta de la vara de oro
existe el alma de la planta de la vara de oro
El acto de la planta de la vara de oro
sin embargo no puede dejar de ejercer
una influencia dañina
en la planta de la vara de oro mismo.

El acto del alma del criminal que
ha matado a su hermano
pone a este hombre mismo de
pie ante la horca.

Tu que saliste del costado
del hombre apartado
una mata de la planta de la vara
de oro que se balanceaba
ligeramente desplazada del alma
de la planta de la vara de oro.
Debías tener tu también
un alma que se balanceaba
ligeramente desplazada

¿Fuiste tu o tu alma quién escribió
en el trabajo, lo siguiente?
"En el lugar donde el año pasado abundaba
la planta de la vara de oro
este año vemos que su número ha decrecido
considerablemente.
La sustancia nociva para las otras plantas
quizás la destruya a ella también"

Carlos Kuraiem

Dejé
mi calle
atrás,
...atrás,
mi espalda;
un recuerdo
atrás.

Un sol, soldado, en mi ventana.
Un árbol de sombras.
Una vecina limpiadora de veredas.
Y un cartel a los familiares que decía:

El poeta salió a pelear la realidad.


***

Solo un poeta


No cargo las armas.
No cargo la guerra.
No cargo la sangre.

Aunque la sangre me mate.

No sé manejar un coche,
menos un arma.
No sé manejar un hijo,
menos una guerra.

No sé manejarme en la sangre
que agonizo en estas líneas.

No vestiré el uniforme.
Ni un fusil.
Ni una sola bala.

La perdería por el bolsillo agujereado
del único pantalón que tengo.

Y no perdonarían mi torpeza.
No me dejarían explicarles que soy poeta.

que sí visto mi tierra
me la pongo encima
me la tomo con el agua
que extraigo de ella,
me meto en ella y ya no salgo.

Y menos comprenderían si les dijera:

Les cambio un poema por su guerra,
la más hermosa de mis partituras por sus armas,
toda mi obra, si es que vale,
porque no mueran los hijos.

No disparen.

No cargo la violencia.
No cargo con esta guerra.
No cargo contra el ser humano.

Aunque su locura me hiera.

Que solo me siento hoy, sólo un poeta.



Que los tengo a mis pies


Que los tengo a mis pies.
Que me pisan los pies.
Que no me llegan a los pies.

Que sí llegan a mis pies?
Que se apoderan de mis pies?
Que me sacan el zapato
y me cortan los dedos con sus bayonetas?

Que pisan la tierra que piso?

Que los piso a ellos!
Que mis pies no se dejan!

Que mis pies se afirman en este suelo.
desde aquí me crecen
y se clavan como un mastil.

No, no... mis pies no corren por mis piernas,
yo no corro por mis pies.

Que tienen los pies más grandes
y no les alcanza ninguna medida?

Que viven probándose los zapatos de los demás?
Que todos los números son de ellos?
Que se prueban mis zapatos?

Que este zapato no se deja
sepan!

Que este pie no se deja
sepan!

Que este pie no se deja,
que patea si se acercan,
que no se acerquen.

Que camina por la medida de su horma,
y abarca la costura de su tierra.

Que patea donde más les duele.

Que pisan la tierra que piso?

Que los piso!

****

El poeta creyó


El poeta creyó que era otoño.

Al ver caer a los hombres,
que confundió con hojas
que caían desde sus armas.

Que confundió con ramas
que se acostaban sobre la tierra.

Que el poeta creyó un patio.

Y la sangre que goteaba de los cuerpos?

Con la lluvia que caía
sobre su ventana
que era un cielo
que el poeta
confundió
en sus hojas, el otoño.


***

Presagios de guerra


Llevo un trabajador en cada bolsillo,
será por eso
que nunca me alcanza nada,
que me mueren los poemas como sueños,
y viajo con los brazos en alto
en los colectivos repletos.

Y muero «anónimo»
envejecido de versos.
Siendo un poeta tan nuevo.

Soporto una lucha diaria
en cada paso que avanzo.

Quizás sea eso,
que los días me terminan
sin yo nunca terminar las horas.

Que me mueren los meses, los años,
las décadas, de tanto esperarlos
se me caen los brazos
y me cuesta un siglo y medio
volver a levantarlos.

Un siglo de poeta
y medio, postergado.

Cargo mis dilemas en este poema abierto,
como una mano abierta,
un cachetazo a mí mismo,
como un verso guacho duele.

Sólo tengo este tiempo
para expresarme,
y puedo verlo,
y veo con los ojos de mi tiempo.

Veo que hoy la patria
reclama al obrero
que ayer fue golpeado
en una manifestación imaginaria?

Qué no hace uno por su tierra
qué no aguanta uno por ella
qué no entrega
qué no llora
qué no deja.

Es de verse como todos se ofrecen,
sin reservas marcha el hijo,
el padre, la madre,
y yo,
me alisto con ellos.

Sólo pesarán los hijos vivos
en las conciencias.
Me eligirán a mí
para hacer el inventario de sus hijos muertos?

Y yo les diré de consuelo:

Que también los estudiantes
mueren jóvenes.
Que el obrero no se alcanza
a sí mismo.
Que los poetas en esta tierra
mueren apenas nacen.

Y será por eso, decía,

que esta guerra es una llaga,
que hay un invasor que invade
adentro y otro invade
desde afuera
y a ninguno de ellos
les doy crédito.

Y será por eso, diré siempre!

Que no me dura el poeta,
ni un poema, ni unas sílabas;
ni una sola letra tomada a préstamo.

Y me rechaza el sueño.

¡Que ahora veo a mi pueblo en armas!
¡que veo presagios de guerra!

Y el sol sólo me dura un día.

Y ya no veo a mi tierra.


***

Hoy no soy
ni poeta del pueblo
ni músico de mi pueblo.

Hoy soy
de mi tierra entera.

Y si ella memuere,
y si me llegara a morir.

Aquí,
aquí todo queda.

Emilio Medina Muñoz

NOCHE DE AMOR


He llegado de mañana a la ventana
para darte las gracias por la noche;
me has donado tus amores con derroche
y me siento muy feliz esta semana.
Muchos besos nos dimos encendidos
de pasiones ardorosas y valientes;
nuestros cuerpos se enlazaron muy calientes
y quedaron por los sexos muy unidos.
He soñado que venias a mi lecho
ofreciendo tus pechos delicados,
y mi boca se sacio con mil pecados.
Solo fue lo soñado por mi estado
de la euforia de sentirme por derecho,
excitado por la gloria de tu pecho.

LU ERKER ERCOLANO

OJOS PÁJAROS



Con ojos-pájaros (grises pájaros) ojos de la noche,
la ciudad te recorre te observa y viaja,
viaja por tu cuerpo que es: "Guitarra criolla"
Criolla afinada en un bodegón de la rivera
templada en manos con roña, mugre,
roña sensualmente porteña...

Una lágrima
que la pluma del poeta sabe reconocer
con el sentido único
del que vé hasta en la pena un guiño de belleza.
Una lágrima hermosa, hermosa.

Buenos Aires
tiene los ojos como pájaros, grises pájaros
ojos que son noche, mujer y nostalgia.
Buenos Aires
amante de Tuñón y Enrique Santos
sobrevolando el Parque Lezama
erotizando la piel de los barrios
con las sabias arrugas de una anciana indecente
que entra en todos los bares y dice, sarcásticamente:
...-Buenas noches...-
mientras te saca el pucho de la boca
y se toma tu cerveza.
Y nunca, nunca te besa.
Nunca te besa.

El Abasto es:
La húmeda entrepierna, el cabaret que ilumina,
ilumina el camino de los ciegos
oscuros peregrinos que buscan sin sentido el tesoro
de un amor perdido de un pasado pisado
por la avenida Corrientes.

Con ojos pájaros grises esta noche
(viernes poesía y ginebra)
la ciudad del dulce desencuentro
nos encuentra, nos encuentra...

Buenos Aires, Buenos Aires.

Adrián Bet

Never sleep


Líquidas, las horas,
como un beso de vodka.
Tetro
y ella tan dulce
duerme como un cosaco,
sólo para beber
un poco más de la mañana.
Vuelve a cabalgar la estepa
y hablamos
y sueño,
talo un bosque infinito,
justo cuando una paloma
se quiebra el cuello
contra el cable de luz.

Lucia Gomez

NOCHE DE MÁSCARAS


¡Ayer te vi!
Pasaste de largo disfrazado de lagartija reptante,
listo para bailar al son de un antifaz sin epidermis;
pero te era imposible reconocerme
porque yo estaba disfrazada de luciérnaga
y tenía una caricia enclaustrada,
que no se dejaba ver de nadie.

Tú, parecías gozar del día
sabiendo que al final de la noche
y por fuerza del tiempo y del cansancio,
la máscara caería de tu rostro
Justo donde se inventan los hechizos,
porque tu amor se quedó extraviado
en esos lugares donde no hay jardines.

¡Si, ayer te vi!
Parecías un duende sin destino
jugando a las escondidas en noche de brujas,
repartiendo sonrisas de anacoreta sin sueños
mientras yo, te miraba pavonearte
dibujando misterios con tus manos de fuego,
como si quisieras tocar en el aire, caracolas.

Leonor Rodríguez Rguez.

FELONÍA


Tras una botella de alcohol
escondo mi mala suerte
y grita silente mi pecho
vuelva en ti la razón.

La tristeza, mi compañera,
solo me ofrece incómodos
enfrentando a las tinieblas
con los fantasmas tenebrosos.

Mi casa, blanca entonces,
cuando tú la habitabas,
hoy es boca de lobos
que me atrapan, me arañan.....

No puede ser, todo, verdad
lo que la gente murmura:
Que te has ido con otra
dejándome dentro la locura.

El alma medio ahogada
en el mar de amargura
bracea daga en mano
tajando tanta bravura.

El corazón, ave prisionera,
libre de tanta zozobra,
se pasea por el universo
de mi mente navegadora.

He salido del hoyo
en que me dejaste sumida
y en el azul del amor
remonto el vuelo en armonía.

Notas de canto en verso
te envío por todos los medios:

Perdono tu traición y cobardía,
no deseo sufras la felonía
de que fui objeto, un día
que sin mediar palabra
me dejaste sumergida.

Raúl Romero

Aquí, no aguarda la espera
la noche refugia sinsabores en los aromas del alcohol.

Pastillas adornan cerebros,
libertad de los débiles que dibujan caminos de fuga.

Siluetas de incertidumbre
en los ángulos de calles vestidas en penumbras.

Qué hora tendrá la muerte
de ese niño que espera su infancia.

Cuánta enfermedad en la corteza.
Quién esgrimirá la sortija de este carrusel.

Mónica Angelino

MONOSÍLABOS


Te doy
loca mi repetida esperanza
mis vientos desaforados
mi sangre absorta
sus bordes y las sombras
una lágrima caída por el terraplén
de los ojos esta arenilla que raspa
mis largas caminatas de pájaro inmóvil
los maduros duraznos
mis incendios
el instante de la lluvia en agosto
los pasillos de mi casa grande
abiertos sus grifos desconcertada el agua
los gritos sin certezas y mi soledad de arbusto
mis claves de sol de fa de do de re
asombrado el asombro
mi mí mi sí mi la
te doy
rincones como perchas para que cuelgues tu noche
y mis versos
pétalos de sorprendidos murciélagos
entre frágiles palabras.

CLAUDIA AINCHIL

DE REPENTE


De repente un megáfono de palabras liquidas
una excomunión de aire entrecortado
una canoa solitaria trepando por filtraciones
de otras canoas solitarias
que solo abarcan silencios...
de repente mi voz trepidante
en desorden,inabordable
invisible para el galope del caballo..
de repente la complicidad con las horas no impresas
los pasos torpes
los vericuetos de un cráter sin frenesí
vuelto hacia su propio espejo
..en las inmediaciones hacen señas, sin embargo
la neblina es tan extensa..


MISIVAS


Solo abismo de palabras no encontradas,
solo un pantano..
los ojos no descubrieron los secretos
para armar puentes
demasiados destiempos y quimeras
rayos de soles inexistentes.
Bajo la persiana.Esa nada se diluye.
Te diluyo.
Ahora el silencio es más real
antes mecía un si y un no de hojalata..
solo destiempo
lluvias
misivas que no tocaron alma
misivas que se pierden por y para siempre...
nadie repite la travesía por las mismas aguas, los mismos torbellinos
misivas poseídas por puertas,ventanas y relojes sin hora ..
el aire de sus letras llamaba a los grillos
cuando se echa de menos su ruidito..
misivas que no fueron abiertas ni leídas
no se puede leer lo que no es visto por el alma..
en este siglo a quien se le puede ocurrir mandar misivas
si los cerrojos clausuran puertas,ventanas
y solo uno descubre la fachada
el prologo sin novela

María julia Druille

Borde de las palabras


tengo un sueño que viene
desde el reino de tu infancia
desde los espejos remotos
ríos de fantasmas
locuras iniciando miradas

¿qué ha pasado con tu cuerpo, hija?

nuestros caminos se alejan
hacia mundos de silencio
hay perfiles recortados
en el borde de las palabras
muecas de olvido tiritando
en noches de mirar por la ventana
y campanadas huecas

los colores sin embargo regresan
en tus vestidos de estrellas calmas
tanta blancura en la madrugada
y mi ansiedad por una palabra

no hay sitio más hermoso
que el despliegue de brazos
entre las tazas de la mañana

Pablo Martínez Burkett

EL REZAGO DEL AZAR


Un lunes cualquiera bordea la siesta,
Lavando los platos un hombre medita
Acerbos rescoldos simulan la fiesta,
De agua y jabón una flor se marchita.

Solemne, confuso, allana su casa
Un ángel cautivo de celo iracundo,
Del miedo resbala al piso una taza
Imitan los trozos el plano del mundo.

Mantel que rehúsa cerrilles meriendas,
Aguarda una barca progresos del mar.
Confuso sicario de glaucas leyendas,
La torpe avaricia que enluta el azar.

Marina Cecilia Kohon

de las gipsófilas del Mar Negro…


nunca te pregunté por las perlas de estas gipsófilas de mi patio:
¿tenían en el Mar Negro la misma curvatura
la misma languidez al enfrentar al cielo? tampoco si la pampa
ruge en algún punto como una estepa , si el blanco y el negro
son opuestos o matices de la misma herida ancestral que nos inflige
el paisaje de la infancia si un mar y una bahía
duermen juntos, sueñan juntos si la clepsidra avanzaría por estas dunas
disolviendo harapos o vos eras un canto alto entre sábanas de viento
si el barco que te trajo fue disuelto en los líquenes
de tu memoria si hubo licores y flores que te ataron a las piedras
de esta tierra o si tuviste que apretar los dientes
para ganarle al polvo si en tu tendal de ropa había lugar para la sal
que cruzaba el aire o si tus volcanes de lava respondían al Dnieper, al Goverla
decime abuela si tus sonidos
eran llamadores de ángeles en una tierra extraña
o la amabas?


de las piedras que miran al cielo…


la piedra
guarda la misión ancestral
dar testimonio de la vida
la mirada omnipresente
de las espirales
-comprimir la historia en su estructura-

sabe,
de mi dedo
que nunca surcó
la línea de tu espalda

-un azote al brote de la rama-

la acritud del minuto
un vinagre que desciende
concentra la verdad
en las hondonadas de la piedra
único testigo

-el sentimiento cristaliza sus ecos transparentes-

se adosa a la piedra
de cara al cielo.


Ana Elisa Medina

AMOR


Recorrer caminos
buscar las raíces del que amo
y conocer así todo su interior.
Paisaje agreste, desértico lunar,
talco de tierra en suspensión sobre los cerros,
ejércitos naturales el cardonal,
vigías naturales de la pacha mama,
cardón, cardones, tuna,
tunas enraizadas, punzantes,
cactus con flores rosadas,
racimos de orejas carnosas y verdes
atentas a los sonidos multifacéticos del viento
que traen canciones, historias y lamentos,
gemidos del alma en los charangos y quenas.
Así, plena, con el corazón abierto
dejo mi sangre y riego la tierra
con lágrimas de amor
por tanta entrega sencilla,
humilde, callada, tierna,
del hombre que amo.

Ana Elisa Medina

AMOR


Recorrer caminos
buscar las raíces del que amo
y conocer así todo su interior.
Paisaje agreste, desértico lunar,
talco de tierra en suspensión sobre los cerros,
ejércitos naturales el cardonal,
vigías naturales de la pacha mama,
cardón, cardones, tuna,
tunas enraizadas, punzantes,
cactus con flores rosadas,
racimos de orejas carnosas y verdes
atentas a los sonidos multifacéticos del viento
que traen canciones, historias y lamentos,
gemidos del alma en los charangos y quenas.
Así, plena, con el corazón abierto
dejo mi sangre y riego la tierra
con lágrimas de amor
por tanta entrega sencilla,
humilde, callada, tierna,
del hombre que amo.

SUSANA CATTANEO

DEL LIBRO "LLUVIA SOBRE TODA SOLEDAD"




Seré la luz
que esplende
por todas las penumbras.
El invierno
de cada enamorado.
La erosión del mar
en las piedras solas.
Las tempestades
que golpearán raíces.
La noche plata
sobre un callado océano.
Aquellas vacaciones.
Aquel viaje.
Cada tarde vivida entre la lluvia.
Seré
las huellas de la playa
en otros mundos.
La sal de los orientes.
Lejanías de puertos
y leyendas.
La extranjera errante.
Aquella que encuentres
en tus pasos.
Seré todas las cosas.
Seré el olvido.

Alejandra Alma

Invento

Fugaz instante del mirar
donde el cruce de los ojos
inventa puentes

Algo del cuerpo presiente
algo del confiar
sabe
teje
entre

en el aire
tibio
denso

tenso

la voz

corresponde.










Azul desierto

Qué horizonte vuela del ojo que ha soñado?

El absurdo viaje retorna en preguntas
Extranjera del sentir y los sentidos
La nada se torna ingrávida
Flota levemente el todo mar
Extensión de azul en calma
Donde tierra no hay

En la noche
La luna puede ser clara
Huella en la memoria
Lánguida impotencia
Sobre las sombras que saben
Que no entienden

En sus marcas con sabor de nostalgia
El sur piensa...

pero no existe.







Desnudos los cuerpos
de la piel
desnudos los ojos
de las corneas
desnuda la boca
de las lenguas
desnudas las almas
desanudan
desvelan
duelan














Ella en el borde

En el borde
ella mira
aprieta la bic y los dientes
clava el papel
el jugo atraviesa sus poros
deviene trazo
grueso
desde el muro al primer folio
repasa
la historia
relata
su gesto pinta
las formas del miedo
su cuerpo de blanco
detalla
y cubre los claros
del borde hasta el borde
empasta
despeña la hoja
de huecos oscuros
le tiembla la mano
y sigue
y llora en su tinta
le gritan los dedos
agota el espacio..................libre
..............................................Ella
.................................................Escribe
Incluso hasta el margen
del aliento.

sin (.)


Desmesurar el tiempo
derramar de luz los relojes

Pulsar la piel de los segundos
al ritmo de la sangre

Caldear los plásticos de reglas
derretir centímetros
arcerquearnos

Latir colores en fuga
descomponerlos

Brotar espacios
de las grietas

tocar la vida en tiempo
despertar
desmedir

Fernando Nerú.

No hay más soledad que la mía


A Isabel del Carmen D´Mayo.

No hay más soledad que la mía.
Sí indefinido vivo
como un verso de penuria extensa,
una mente hoguera llena de lenguajes sin tiempo,
como el humo camino del errante del siglo,
tapiado en el predicado cobijo de una era fría.

Hay carga en la marcha,
hay campos en un vado de mar,
hay lejanías que estando sin estar pesan,
y días en que la muerte me suspende sobre un hilo.

No hay más soledad que la mía,
solo una mañana libre que se retuerce en su mancha,
mirando en sus propios ojos a otros ojos que despiertan,
quizá y al desvariar va en la lógica inmunda
de innúmeras horas sin alma.

-¡Vuelve! que a falta de tú prisión es mi pesar
¡Vamos! Desemboca parte de la sobredosis de mi viaje,
dejando tranquila a mis arenas marea locura o calma.

Pero al no haber ya nada se retorcerá y se retorcerá.
con hambre,
con sed,
con frío,
con un atrás sin delante,
con guerra,
con nubes formándose en los parpados de mi vereda,
con umbría de sangre,
con amargura,
con algo inconfeso,
con la sombra marchando impar en la senda,
desechando latidos por esta herida supurante.

No hay más soledad que la mía,
solo una voz que antes de fecundar se aborta,
el exilio frecuente de una cuenta inmerecida
solo una espera en fracción bajo el portón,

una mueca grafía sin línea,
ser la llaga de Dios siendo la morisqueta del diablo,
solo la fuga sintáctica de una lengua en el montón.

No hay más soledad que la mía,
sí en mi cavidad hay esclavas muchas voces
como el juglar esquivo de una arisca madrugada,
que ha limitado su lumbre en la umbría
al lado de una arboleda en flor de roca.

No hay más soledad que la mía…

Porque soy un lugar al sur
después de la luz del sol.

Xenia Mora Rucabado

ABANDONO


Pasa la velocidad luz
deja su estela de astros,
vagan en mi universo
enceguecen el sentir.

Despierto al asombro
con el látigo que sangra,
tras la agónica alquimia
llevo mi muro a cuestas.

Ya vacía de mi aura
extraño la lumbre - emoción,
espejo de mis ojos
tenaces y libres.

Ahora miro
por mi sombra,
los astros
ya no me pertenecen.

El cansancio me abandonó
en cualquier rincón.

Xenia Mora Rucabado




ACORDES DEL AYER I


Aunque los acordes
del ayer
no vibren por mi
seré lluvia que descalza
danzará por las noches.

Aunque el silencio
invada mis rincones
y mis acacias
se mueran de sed
las resucitaré.

Aunque esta pasión
queme mi piel
huérfana de espera
y me filtre los huesos
la desolación
mis versos se vestirán de alas
y así podré parirme otra vez.





ACORDES DEL AYER II


Miras asombrado
mi melancolía con sed de ti
y transitas mi camino
a través de los ojos de tus manos.

En la armonía de la noche
suspiran los labios del silencio
mientras palpitan los acordes del piano.

Dicha de danza nupcial
luciérnaga que anida
en el borde de mi falda.



ALBUR DE UNA ESPERA


Mordiendo las palabras
tus ojos escriben
pensamientos de aire.

Subes los peldaños
de tu escalera de cristal
albur de aquellos días.

Sabes que se han ido
con la eternidad de las olas
en un barco sin rumbo.

Pero aún llevas su tatuaje en tu piel
te habla y obliga
hoy como ayer
a recostarte en su playa.

Salvador Pliego

Poesía


Déjame entrar en ti,
abierto, extendido,
fosfórico y herbolario,
como un forajido arrancándote las letras,
estrellándome en tu cintura de madera y verbo,
enrojeciendo tus secretos, tus espadas victoriosas,
tu veloz palabra benemérita,
la montura en que cabalgas y el sujeto brioso en que destellas.

Déjame invadirte,
salir a los potreros y a los pueblos
abanderando cada verso, liberando la palabra,
emancipándome en tus hilos de ritmo y simetría,
en tus ojos rojos que miran lo invisible.

Déjame acudir a tus harapos y a tus torres,
desde el fondo, aun incomprendido,
y batirme en tu historia de piedras y copales;
sacar las cimitarras y cortar cadenas y centurias;
penetrar en las alturas, a las bóvedas del cielo,
en los cóndores plateados y en las águilas bermejas,
en la precipitación de las auroras.

Déjame excavar la tierra y mostrar las uñas ya sangradas
con los dolores del minero,
con la yunta calcinada,
con el surco ya saqueado;
sembrar de nuevo los cereales, los carbones,
las espigas, las uvas de las granjas,
y abrir las puertas terrenales
con las honras de los cantos.

Déjame ser el grito que sucede,
que acusa y delata,
que muestra las manos de las sílabas
ardiendo junto a las madres y papeles,
porque inmisericordemente la dureza fue encendida
y el verdugo se jactó de arder las mechas.

Vuélveme a escribir letra por letra,
sílaba a sílaba y canto por canto,
como si yo mismo, hambriento,
tuviera la herramienta, supiera de la espada
y contuviera la amargura.

Alárgame sediento a los aceros,
al canto forestal y duradero,
a donde rinda el florete su cuchilla,
al idioma de la greda y los parajes,
a los dedos mágicos de las violetas
y de las aves que a la bruma dieron alas.

Déjame entrar en ti y amarte,
inundarme de tus ríos,
de tus telares de oro,
de tus guacamayos arrolladores
y de tu sueños insepultos,
para diseminarme junto a ellos
en los escombros de la noche,
en las esmeraldas de los mares,
en los huecos de la vida,
y abrazarme, tú a tú,
con la última ternura;
y darle un beso…
y verle que sonríe.




Templanza


Somos verbos, alas que arden,
la exacta ecuación maximizada,
las ansias del mar, su boca que tiembla emocionada;
somos el hierro y su certero respiro enardecido;
lava somos, fuego, los huesos que se encienden
escarchando en los cielos,
la luz que aluza su mechero.
Somos los retos hilarantes de los tiempos:
caudas de historias, olimpos en los cuerpos,
aves Fénix templándose y naciendo,
plumas rojas de fuertes picos esenciales.
Somos las aves del metal y de la holgura,
los hombres pájaros; seres míticos y entronados
y a la cúspide invitados.
Somos nosotros: la anchura de los truenos,
los rayos, los mástiles del viento,
titánicos seres de lo humano,
la fuerza de la lid y el combate victorioso,
el triunfo vital y las coronas del acero.
Somos las alas de cíclopes guerreros,
gigantes como el hombre
y atemperadas en los hombres con el fuego.
Somos la raza sonora de las águilas, los cóndores batiendo,
dioses emplumados, guardianes de los templos,
lanceros ancestrales y modernos, marciales plumíferos hechos de hierro,
furibundos portavoces del destino y los azares:
el hombre en el plumaje del acero.

alba estrella gutiérrez

en la montura del viento
la noche descalza sus miedos
trae heridas de guitarra
besos azules
y puñales de memoria
le caminan la garganta
en las ancas de sus cejas
sobre estribos de pestañas
un reloj muerto de muerte
borda su tiempo sin horas

y dios solo llora

Rey Larva

TUS OJOS

Voy a aprender
en tus ojos

sernos libres
al amarnos
mirarnos

en las lunas
que piden
más y más

y nos sabe
de colores
blancos
de azules
eternos

tan suaves
voy a aprender
en tus ojos

que amamos
y estos dias
cuando
abracen
la razón
que buscamos

en el Ser

la vida
sin dudarlo
sin que hable
esa voz
que se esconde
y nos grita

y nos tienta
a vencernos
culpables
uno al otro
querida
sin piedad

nuestra sangre
es quien gime

al perdernos
al abrir
otra herida
al caernos
sin paz
sin el cielo
voy a aprender
en tus ojos
que sos mía
si mirás
estos míos

en el tiempo

que vagamos
sin prisa

entre lunas

entre soles

y no hay
ya regreso

en el fin
soy tuyo

y mis flores.