Emmanuel Cassanese

LA NOVENA


En malla,
tu cuerpo xilofonado:
.................................la novena de Beethoven.

En los silencios
sinfónicos de tus senos:
.......................................sorda mi boca.

Y como Himno a la Alegría
mi esperma restalla
amontonado
buscando eclipsar
tu claro de luna.



NOS SORPRENDE



No es que no sepamos reconocer
en la lluvia vespertina de agosto
las gotas de toboganes
que en nuestras mejillas agrietadas
caen.
......................................(Sabemos hamacarlas
.......................................acurrucarlas
.......................................y saboreamos su frescura
.......................................como barriletes mentolados
.......................................en alta mar.
......................................Y hasta en los momentos más épicos
......................................nuestras lágrimas
......................................saben hacer amistad con ellas)

......................................Ni tampoco es su barro celeste
......................................(el cual nos re-crea cada carnaval
......................................como tamborcito eclipsado
......................................cuando creíamos muerta a la luna)
......................................lo que nos sorprende.

Ni mucho menos, lo que deja:
el cabello mojado de mujer
que nos hace sudar azufre
.....................................reventando espejos.

Nos sorprende,
eso si,
la hipérbole
de paraguas, botas y pilotos
que hemos comprado.



Contribuyo a mi propio funeral
preparo el cajón de almendras
las coronas de reyes derrocados
el responso de sacerdote pájaro.

Contribuyo a llevarme de las manijas
Sello con saliva hueca mi sepulcro
con la azada de abejas
..........................................................cavo.

Me hundo.

Lo que no entiendo
es esta manía de todas las medianoches:
desenterrarme y preparar la mesa
adornarla con grillos
y esperar cenar junto a las estrellas.