JORDI MATAMOROS SANCHEZ/ Barcelona / España

EL GANADOR

La batalla había sido un éxito,
la prueba estába delante mio.
Todo el campo sembrado de enemigos muertos,
y nuestra bandera ondeando al viento.
La sangre parecía teñir el bosque.
A mi alrededor todo salpicado de cuerpos desmembrados.
Un hedor indescriptible a hierro y mierda impregnaba el entorno.
Yo allí, de pié, vencedor,
sonriendo y llorando a la vez,
cubierto de sangre.
Solo yo estaba vivo.
Solo yo había ganado la posibilidad
de no volver a dormir nunca más
sin despertar con un grito desgarrado en el corazón.