Carlos Adalberto Fernández - Buenos Aires, Argentina

Un poema en marcha

Un poema que arde purifica.
Devora, quema y limpia
con lengua como hoguera,
palabras como espada
de fuego, de pureza.

Un poema que llora llueve al alma
y hace de raíz y bulbo, tallo.
El dolor se florece, la pena brota en fruto
La pérdida llorada es nueva sombra
de sueños, esperanzas, amores en bandada.

Un poema enojado es exterminio.
Destruye, muele, aplasta
con palabras de trueno
jucios disparando en rayos
sentencias sin perdòn.

Un poema mira.
Dice Yo miro:
Y dice lo que mira,
Y el hombre se mira.

Un poema en marcha
es savia, fuego, agua, soplo
es vida, muerte, es destierro y regreso
es pasión, es alma ante las almas.