Cuando nadie - Carlos Adalberto Fernández, Buenos Aires, Argentina

CUANDO NADIE

Cuando nadie me busque
no siga mi rastro, no me huela,
no me toque, no bese
mis carnes sedientas,
Cuando clame, ruegue, grite y llore
por una mirada compasiva,
una sonrisa, un gesto
que me muestren que existo, soy, ocupo
un lugar
en el mundo.
Cuando sufra de ausencias;
cuando duela nostalgias;
cuando gima ilusiones,
desentierre esperanzas,
y vomite utopías,

Cuando así pase los días,
las noches, las penumbras,
cuando acepte que estoy sólo
y así estaré, y seguiré estando.
Cuando vea que son muertos
todos
los que me rodean
que caminan
sin mirarse
sin tocarse,
sabré que me tocó el Infierno.
Que será
desde mi muerte
mi eterna morada.

La paz de su silencio - Antonio Urdiales, Talavera de la Reina, España

Tal vez, como nació
donde la tierra siempre es ancha
y el sol entre amapolas dora trigos,
se acostumbrara a la voz grave del arado
delineando surcos hasta el cielo
o al gesto sincero de la hoz en la gavilla,
mientras, libre del lastre cotidiano,
la mente volaba a las estrellas.

O, tal vez,
como jugó después
de sol a sol con la pobreza,
forjó sobre el trillo resecado
mil sueños de juegos increíbles
mientras giraba y giraba en la parva,
al paso perezoso de las mulas,
sometidas al rigor del yugo y de su voz,
desgranando las espigas cosechadas,
o canturreando apenas en susurros …
dos por dos, cuatro… tres por dos, seis…
pero siempre con la mirada serena
fundida más allá del horizonte
sin sospechar que el futuro sería un desvarío,
en forma de guerra fratricida y celda oscura,
que se llevaría diez años de su vida.

Después vinieron otros vientos de miseria,
tiempos de hambruna y de postguerra vengativa,
de ostentosa demencia bajo palio
que aplicó oxidados cerrojos a la aurora,
amordazó a la brisa fresca su susurro
y se redimió entre misas a destajo,
pútridos huesos de santa en la mesilla
o el rezo constante de meapilas
adoradores del parduzco fru-frú de las sotanas.

Tal vez, por ello,
llevara el poso de la vida
agotado de palabras sospechosas
y a sus sueños de bohemia lucubrada
les sobraran surfeo de terrones
y les faltaran diccionarios sometidos
o, tal vez fuera
que jamás le tuvo miedo a lo imposible
ni se amoldó a la paz acobardada
que impone, siempre, el yugo dominante.

Aburrido de silencios exiliados
se fue un nueve de septiembre
a buscar el suyo
cuando la aurora desnuda
se paseaba coqueta entre olivares
y la noche callada, inmensa,
cansada de cantarles nanas a los gorriones
que dormitaban en la paz del viejo sauce
mientras soñaban su ración de saltamontes,
se retiraba agotada, igual que él,
a buscar la paz de su silencio.



A la memoria de mi padre.

De adentro hacia afuera - Víctor Hugo Tissera, Argentina



Nadie puede desdoblar
mi corazón
con un grito de espesura,
cuando nacen las palabras
en la ojera del silencio.
Hay música y ritmo en cada estación
en mis lugares amados,
como el sonido de un tren
que nunca parte y siempre llega.
Tengo plenitud de universos
en la mirada de los días,
y a veces me fugo de mi cuerpo
para buscar el origen de la lluvia
que borra los perfiles del presente.
Por eso, escribiré
de adentro hacia afuera,
hasta que mis ojos
no soporten las palabras.
Escribiré, escribiré,
aunque en cada hoja en blanco
esté el rostro de un poema
que me robe la conciencia,
y me ahogue entre los versos.

Plenilunios - Stella Maris Taboro, Santa Fé, Argentina

Siempre ocurre en plenilunios,
en mi lecho solitario
afelpado con jacintos
que escaparon del jardín.
Siempre, en plenilunios
languidezco como música inaudible
y despliego gotas de dolor.
Naufrago como mariposa al sol
y obstruido mi pecho
como río encadenado
me entrego cual neblina otoñal.
Siempre ocurre en plenilunios,
solamente en plenilunios...

crucificar la melancolía - LAURA LUGONES / RAMALLO, BUENOS AIRES, ARGENTINA

este regreso sin acuerdo
...................el tiempo que apremia
....................yo no quería
.........................no quería crucificar la melancolía
.........................no hubo razón/...bajé la guardia
.......por qué esto
.......ni un jalonado repliegue interior
.......ni un sentimiento desolado
.......por qué perdí el rumbo
....................divagando.................en la espera
....................postergándome..........en la revelación
....................................................en tiempos inexistentes
....................................................en inicio de rituales
....................................................en poemas derrotados

..en derrumbar la utopía…

lasitud - LAURA LUGONES / RAMALLO, BUENOS AIRES, ARGENTINA

en el puente elevé los ojos
...vi
.........un contraste de sombra y luz
.........un ser que planeaba en mi yo

.........- mística ensoñación -
ese..... yo..... imploraba..... libertad


se esfumaron los duendes
se hundieron las tumbas

............................se llevaron mis máscaras

Tango - Silvia Berlasso, Argentina




Húmedo suena el paso
al cruzar entre guiños la avenida;
Buenos Aires tiene
la fascinación del que olvida
para forzarse luego a recordar.
Por eso hay una equivocación
en cada esquina,
y un llanto al final de cada día.

Oh Brecht - JUAN CALZADILLA / VENEZUELA

Ya quisiéramos que ese magnífico
retazo azul del cielo en verano
no fuera tan irresponsablemente bello
Yque por ser bello
justamente no pidiera de nosotros
que para cantarle nos cruzáramos de brazos
Ante tantas barbaridades.


La crisis hipotecaria - JUAN CALZADILLA / VENEZUELA


Por malas que estén las cosas no hay razón para
creer que no pueden empeorar.
Con esto desmiento a Shakespeare donde dijo:
No hay un grado por debajo de lo peor
.
El lo dijo porque no tenía, como nosotros,
la soga al cuello.

El acto poético más puro - JUAN CALZADILLA / VENEZUELA




André Breton sale a la avenida y, mirando hacia las cámaras,
descarga su revólver sobre la multitud. O mejor, simula hacerlo
Y prefiere describir esta acción en el papel para testimoniarla
como acto potencial digno de ser celebrado por la escritura.

Llama a eso acto poético puro para diferenciarlo de genocidio.

Por el bien de los dos, Osvaldo Marín - Puntarenas, Costa Rica

POR EL BIEN DE LOS DOS/ Osvaldo Marín, Puntarenas, Costa Rica



Dime la verdad,
y no te engañes;
en esta hora
ya no puedo
llevar tanto:
si no me amas,
si nunca me has amado
¿por qué llamas,
por qué vienes a mi lado
cada vez que te llamo?


Desengáñame de una vez.
No alientes,
con promesas
que parecen imposibles,
este amor, signo de muerte;
si no puedes aplacar las llamas
de esta ardiente hoguera
que llevo en mis entrañas.
Este fuego inocente
te puede devorar
en tanto vuelas,
ya que conoce bien
tus piezas más extrañas.


Muérete tú si quieres
causarme mayor daño,
mas no me hagas llorar
pues mi llanto
podría apagar el sol;
pero ahogar no podría
el dolor de tu engaño.


Y muerto yo, no encontrarías
quien te quiera tanto, tanto.


Si te quedas…
será sin promesas ni frágiles sueños,


O bien, nos decimos adiós,
Sin rencor ni esperanzas,
¡Por el bien de los dos!

Chico de la calle - Marian Muiños - Argentina/España

Espío por los agujeros de mis zapatos
y corro a navegar en el charco.
La llamada del móvil de ese señor
me sorprende,
y me enojo mucho,
me hace olvidar que debo huir
por la escalera secreta de mi fantasía
para no sentir a mis tripas,
tiritando,
a mi cuerpo hambriento del calor
de un abrigo con agujeros,
aroma de frituras en grasa
y recuerdos de mi madre
besando a otro recién nacido
y pidiendo
el pan que debía haber traído bajo el brazo
pero dejó olvidado en los residuos
de algún rico que no come pan
porque está demasiado gordo y satisfecho.
Espío por los agujeros de mis zapatos
esa linterna de luz azul
que me incita a dormir
para siempre
en brazos de un pegamento barato.
Hoy será igual,
pero en la próxima tomaré otro camino.

Florencia Soler, Santa Fé, Argentina

No hay amor en el vacío
Ni hay corazón
que lata tan fuerte
en el abandono.
No hay razón para
El olvido
ni recuerdo
en las memorias
No hay nostalgia
de las paginas no escritas
Ni humanos tan comprensivos
Que entiendan el dolor.

No será para mí - Fernando Nombela, España

No será para mí
la luz que baila en tus ojos,
ardientes alacenas,
como loca llamarada.

No será para mí
el oscuro río de tu pelo
donde abrevan las estrellas
y habita el sueño de las hadas.

No será para mí
el alto océano de tu boca
donde renacen lunas moribundas
y esta noche triste naufraga.

No será para mí
la levedad sin fin de tu pecho
donde tanto abril en vilo
sobre mellizas rosas se derrama.

No será para mí
la primavera tímida de tu vientre
donde un manantial de fuego
de agua pura me sacia y salva.

No serán para mí
la luz, tu pelo y las estrellas,
la alta mar de tu sueño,
el cielo de abril que desatas.

Pero igual los canto.

Guárdame - Fernando Nombela - España

Guárdame de las noches
en que desvelados
mis ojos se clavan
en la trémula
ruptura de las horas

Guárdame las llaves del paraíso
que extravié hace tiempo
--hay briznas de sol
y de hierba edénica
en tu pelo

Guárdame de la tristeza
de las mañanas
con ducha fría
y calcetines inencontrables
y miedo oscuramente amanecido

Guárdame los adioses
en el mimbre de la cesta
que prometiste arrojar
desde el puente aquel
de los suicidas

Guárdame de tanto salto al vacío
de las redes extendidas a mi paso
de los carteles que anuncian
el fin –tú y yo— del mundo

Guárdame el deseo
de seguir buscándote
y perdiéndote
y encontrándote
siempre
siempre
--mi vida entera

Guárdame del silencio de tu boca
del silencio de tus ojos
del silencio

Guárdame de los días míseros
sin ti

Guárdame en ti

Momento, Cristina Longinotti - Argentina

Momento

Donde estás delineando el horizonte,
allí termina el mundo;
allí se acaba el eco de la sombra,
allí se desmenuzan la palabra y el verso.
Te sigo posponiéndome la pena,
desglosando el instante,
dando al aire
la dimensión sin pausa de tu huella.
Me hablas y te escucho y me arrepiento
de no saber robarte otro segundo,
de no poder quedarme
sin el pretexto tonto de un pretexto.
Y te vas,
desangelando el próximo minuto
mientras te miro oscurecer los soles
y desgarrar el alba
con un gesto.

Alienación - Claudio Piermarini, Tucumán, Argentina

Se puede morir de disyunción.
Se puede llorar al pie de las iglesias,
hasta agotar el agua de las fuentes
y convertir el Edén en un desierto calcinado.
Uno puede darse al sacrificio
en un altar para dioses que no existen,
o entregar el alma a feroz idolatría
y adorar todos los fetiches del Capitalismo
hasta volverse de plástico,
ser un simulacro de la vida,
un muñeco de cera organizado,
andar y desandar los vastos hipermercados,
confundiendo felicidad con mercancía.
Se puede consumir
todo tipo de drogas ilegales
y, con la cara de Guevara
tatuada en el antebrazo,
jugar a la ruleta rusa con narcopolicías.
Se puede morir de pie
defendiendo una mentira,
por no turbar el sueño
de los sepultos antepasados,
yacer con prostitutas un alba de cenizas,
por el bien del Patriarcado
y con un guiño del Papa,
o escribir un libro de poesías
como un gran cementerio
de amores enterrados.
Se puede traicionar al propio corazón
una y mil veces,
sólo para volverlo a traicionar.

Pero lo que no se puede,
bajo ningún concepto,
es tratar de vivir en la verdad,
soñar tu propio sueño,
decir: yo quiero, yo deseo
y no tener, al instante,
que negarlo.

Daniel Arias, Buenos Aires, Argentina

Como un pájaro de oro
regresas encendida
en el vivo reflejo de la tarde,
del alto sol a las duras puertas,
en las palabras,
con el aire y los relojes
en la blanca hoja y en la herrumbre
de los hombres que llevan muerta la sonrisa,
te espero invisible,
lento de olas y constante,
con mi contorno de aguas y de piedra.

Crónica urbana IV - Silvia Berlasso, Argentina

Paredes de cristal,
recuerdos empañados
frente a veredas descalzas,
muy lejos de ese cielo de tiza.


Pequeña promesa tirada
con negro moño en la esquina
y apenas un perro extraño
que no miente compañia.


Los faroles son las estrellas
en un cielo de cartón
y el sol un tibio abrigo
que no calienta el hambre.

Daniel Arias, Buenos Aires, Argentina

Soy el que lleva ocre de tiempo
desde ojos inmigrantes el desgarro de un cuerpo,
abro al pájaro la distancia que arquea el horizonte
desde la tierra con sus venas de arcilla,
soy el que inicio el viaje alrededor del cráneo
con la tristeza del árbol que se cansa y se inclina,
con sus profecías de río,
con sus creencias de tierra,
sobre los caminos.

Beatriz Arias, Buenos Aires, Argentina

No quiero morirme en este juego
aunque en este juego sé que puedo morirme.
Que cada hora merecerá mi vértigo
y cada gesto mis riesgos inmediatos
que voy comprando mi vejez despacio
o el segundo de hielo
con alguna moneda del misterio,
que tiemblan diariamente
mis ojos de ceniza.
Cada calle me inventa citas y regresos.
En los techos de alguna plaza eterna
se quedarán atrapadas las sonrisas,
los nombres que ahogan los espejos
se robaron mi historia.

Líneas - Hannibal - Costa Rica

Líneas finas, otras no tanto,
Pero igual, son líneas fijas.
Líneas que brotan y van forjando,
Líneas que borras,
Líneas que se van olvidando.

Líneas delgadas, gruesas,
Opacas, claras, temblorosas;
Líneas esperanzadas,
Líneas, desvergonzadas.

Líneas tristes y amargas,
Líneas fuertes, envalentadas,
Líneas gritonas,
Y otras más, que están calladas.

Mira mujer, las lágrimas en el papel,
Manchan y siguen manchando.
¿Por qué te empeñas en escribirle?,
¿Por qué solo le escribes te amo?.

Beatriz Arias, Buenos Aires, Argentina

Las puertas que se guardan secretos desde siempre
que apuestan a los ecos del saludo,
que mueren sorpresas y atestiguan preguntas
y respuestas, como alas de silencios
que devoran el aire.
Las tapas de los libros
y de los cuadernos
son permanentes puertas.
Tiemblan en los refugios, juegan
con una tarde de sol. El viento las
sorprende, las manos las ordenan,
la noche las confunde y entonces
se les oyen indescifrables voces de
madera. A veces hacen cantar sus
vidrios y delirar sus bronces.
O se vuelan en las tormentas
como halcones metálicos.
Van y vienen, se estiran
y se contraen, las puertas como
enormes bocas sabias, atesoran
murmullos, enmudecen y cuentan
protegen y liberan, continúan y
encierran. Todas están heridas donde
decide la vuelta de la llave.
Otras, las del destino, disponen entradas
y salidas, como páginas inevitables, invisibles.

Blanca Barojiana - España

Quiso llegar la aurora,
blandamente, como apenas rocío
que descarnara el alma de la escarcha.
¡Ay, que mayo no tiene ya silencios!
¡Ay, que los ruiseñores llegaron con su espada
de cuatro filos, cuatro, y cortaron el viento
con la azul tiranía de su risa!
La rosa geométrica se abalanzó imperiosa
sobre el caos y el desorden, y sujetó los vientos
al armónico ritmo de su cíclico imperio.
¡Ay, el azul de mayo,
azul, azul que rompe en alborada!

Retornarse - Martín Renán Tirado - Trujillo, Perú

Retornarse y ser huésped imaginario, intrínseco,
que solidifica miedos en el óxido deshumanizado;
cadenciosa cuelga las cornisas, sus falanges niñas,
ataviada en sí, al candelero de exotérica luminaria.

Atemporal bifurcación entre telúricas emociones,
de sentimientos apretujados en el torso cetrino,
representando gradaciones en edénicas costillas;
que pulveriza e incinera aún tardanza pedagógica.

Marginalmente conduce reverso espaldarazo,
y pululan signos maquiavélicos perpetuos;
de hinojos pifian honduras de padrenuestros,
aventura inverosímil de fatal incomprensión.

Ahora es un susurro oportuno para el alma,
y es tan enigmático, que despierta melodías
aquenando en la sensibilidad de hombre,
por entre el inmortal onírico sonido melancólico.

ENERGIAS POSITIVAS / BARBARA PEREZ /ZARAGOZA, ESPAÑA

Desde dónde desciende el tiempo?
Hubo un momento en que se quedó pegado,
a las heladas rejas de este sótano,
queriendo escapar entre leves suspiros,
que jamás fueron por nadie, escuchados.

Solo una piedra, la brillantez,
la cálida desnudez del blanco cuarzo,
que abrigaba la soledad de mi pecho,
como rocas que se cobijan en río,
pudo sacar al viento cada gemido.

La necesidad de creer en el destino,
la descripción inexacta del olvido,
la convulsión fanática del recuerdo,
el arte de escapar de los desengaños,
cada resquicio del insolente llanto...

Se transmutó en la infinidad del espacio,
allá donde ya no llega el pensamiento,
y lo real se confunde con el sueño,
dejando claro que es posible el olvido...


Que el olvidar es solo tiempo,
es energía, que lenta, desprendemos.

A mi musa - Oscar Galante, La Plata, Argentina

Hay mujeres que sugieren poesía,
y hay otras que son mucho mejores
porque ellas inspiran los amores
que la vida les niega cada día.

Mujeres por las que yo moriría,
que no buscan, encuentran sinsabores,
desgranando vivencias y dolores,
riéndose ante la melancolía.

Hay mujeres ligeras de equipaje,
caminantes de letras y de historias
entre los claroscuros del paisaje.

Mujeres con cuarenta o más victorias
al morir se les brinda homenaje,
porque son, como tú, obligatorias.

AROMAS - NORMA ESTUARD, Argentina

¡Aroma quisiera ser!..de las Alturas
aromas de los valles y distancias
violeta humedecida en hermosura
para entrar en tu vida hecha fragancia.

Brisa de madrugada en tus mejillas
caracola del Mar...alga olorosa
la rama seca que en su extremo agita
el ultimo pimpollo de una rosa..

Todo quisiera ser y en tal manera
que aunque tu no existieras yo te amara
y aunque no fueras fuego,yo me ardiera

Y..entrar como la brisa en madrugada
y..en tus labios sin que supieras
y..morir en el hueco de tu almohada.

Incorregibles - Tito Visentín / Venado Tuerto, Santa Fé, Argentina

Parece que el amor ya no lo salva,
la locura del mundo incorregible,
moralina mentirosa nos envuelve,
repetimos frases viejas sin sentido.

El peligro y la violencia nos acecha,
miramos para arriba hacia la nada,
vivimos desbandados y sin rumbo,
el poder tiene la brújula y engaña.

La idiotez y el egoísmo van primeros,
la utopía una palabra devaluada,
te pisan la cabeza y agradeces
el zapato lustroso en tus cabellos.

La ignorancia le sirve al poderoso,
el culto servil ante el poder,
soñando una plaza con su nombre.

Sálvate solo es la única esperanza,
la moda que te empuja a la avaricia,
Babilonia de intereses encontrados,
los une la miseria y el espanto.

Si Shakespeare aún tiene vigencia,
los siglos no sirven para nada,
parece que el amor ya no lo salva
Y la locura del mundo…
Incorregible.

Ser otro - Liliana Varela, Buenos Aires, Argentina

Embriagarme de olvido
que el presente sea sueño sin memoria
que no vea las arrugas con que el tiempo
decoró mi piel
ni descubra los errores en los que mis pies
sepultaron objetivos.

Disfrazarme de futuro
en Halloween eterno despertar al día
sentirme nova
búsqueda primera
saberme llena de ansias de sembrar.

Untarme de mentiras
Pierrot-alegre danzar al alba
orlar el alma de risas momentáneas
ser ave migratoria
y volar.

Confundirme entre la niebla
para no ser yo
para ser otro
/al que no suicidar.

Como Fiera - Ana Lucía Montoya Rendón

Tengo la ira de amores desgastados,
como fiera me debato enjaulada,
dolida entraña de Eva enamorada,
con hambre de placeres no gustados.

Mago Negro de amores conjurados,
a pedazos soy muerta descarnada,
soy la entraña palpitante, excitada,
sueño mi amor que estamos abrazados.

De mármol sepulcral helado lecho,
cabalgando montado en mi retina,
sombra llevas perdida mi razón.

¿Qué de hechizos y brebajes te han hecho?
¿Quién en mi alma clavó tan dura espina?
Ven, Mago mío sana un corazón.

Tránsito y llegada - Aldo Luis Novelli, Argentina

El tren había agotado
una porción de infinito
a cansino ritmo
sobre el metal de incontables moneditas.
Chirridos de acero
y un pitazo inmemorial
anuncian el fin de la travesía.

Al bajar el último escalón
la oxidada aridez del paisaje
invade los ojos del viajero
con el filo helado
del viento del sur.

Epitafio - Gregorio Riveros, Venezuela

En la casa está la soledad.

Es un jardín

que mi padre cultivó con palabras.

Con largos caminos

y laberintos.

Con un epitafio que dice

“la vida estuvo aquí

y se marchó una noche

atrapando estrellas

al confundirlas con mariposas”

Poema 32 - Silvia Loustau, Mar del Plata, Argentina

32

fluyen

las palabras

atraviesan su sangre

vienen desde el ayer

se baten en la oscuridad

de la garganta

se deleitan

pájaros en su nido.

se elevan y borda

un poema descalzo

sobre un fragmento de tiempo.

Poema 25 - Silvia Loustau, Mar del Plata, Argentina

25

clamaba el viento su voz de sal

arañaba las ventanas y ella desnuda

de recuerdos y estampillas antiguas

sobres de papel amarillento.

lejano el perfume de jazmines y coronas

de trébol entrelazadas en algún violeta

atardecer de infancia. silencio.

sólo el fantasma del silencio miraba

su rostro en el espejo y ella desnuda

quería cubrirse con pétalos

perfumarse con sándalo antiguo

antes de caer dormida envuelta

en los naufragios que murmura el mar.

Roberto Salazar, Buenos Aires, Argentina

Esta ciudad,
me arruga el alma.
Cuando me habla,
vibran mis silencios.
sus calles,
sus templos,
me sonríen.
Sus adoquines,
acarician mis intimidades.
Buenos aires,
siento,
que tus formas
me pertenecen.

Luis Pereira, Maldonado, Uruguay

...............................................“La polvareda no resiste el llanto”
....................................,,,,,,,,,,,,,,,,,..,,,.................Víctor Guichón

................................se sienta a la mesa y escribe: con este poema
.........................................no alcanzará perdón o gracia por ellos
..............................................ni para enamorar a una le servirán
.............................................................no ganará plata con ellos
...............................................................................Juan Gelman


el paisaje en gualeguay
nombrar el paisaje.
juan l. ortiz, poeta de gualeguay
como decir
paraná paso zárate mas allá
poetas de rosario rockeros baladistas
cómicos
nombrar el paisaje en gualeguay
tierras baldías mas allá del litoral.
Acá dicen que Onetti fundó Montevideo
¿o fue Darnauchans?
¿o Ruben Lena?
el paisaje no es el azul que viaja
el río de los pájaros
la sensación de vuelo en bandadas de
.....................................................aves migratorias
Zelarayán describiendo la gran salina
la intertextualidad resultante la
construcción de los afectos.

Poema 7 - Patricia Sibar, Buenos Aires, Argentina

Poema 7


Es mi novio pero como me peleé
ahora es mi ex novio

Es mi ex novio pero como me casé
ahora es mi marido

Es mi marido pero como me fui
ahora es mi ex marido.

Es mi ex marido pero como me amigué
es mi marido

Un auto lo atropelló
me convirtió en su viuda

Habíamos discutido antes del accidente,
por lo tanto soy su ex viuda.

Patricia Sibar, Buenos Aires, Argentina

1

Soy el silencio mojado de mi propio mar
La navegante, tripulante y capitana
Náufraga y sobreviviente en la disimulada
cotidianeidad..

2


El fornido ejecutivo, corpulento, verosímil,
macizo y fuerte
cuando cae el sol,
la noche lo despierta
sobre el vientre desnudo de su amada
menudo, encogido sobre si mismo
como por nacer.


3

Mi barco tiende y tiene que partir
desde un muelle invisible
que no despierte sospechas,ni reclamos.


Donde el mar, la tierra y el aire soy
se ha extinguido el fuego
se ha muerto el sol.


4

Todos los rostros son uno
Ezeiza con sus balas me ametralla
una y otra vez
tiempo y espacio se confabulan
Dios ocupado no se hace ver.


5

Fray Angélico con nimbo
Chagall de subida
Amarillo Van Googh
Los respiro detrás de la tela.

Rodé por la llovizna - Susana Rodrigues Tuegols

Rodé por la llovizna
abracé los encierros
para arrojarlos lejos
y en una vertiente de papel escrito
destapé los horrores
que padecí contigo.

Tal vez vengué a todas
las mujeres desgraciadas
que pasaron por tu vida,
del parpadeo obsceno de tu fuego
que crepitó en las llamas
de una siniestra hoguera.

Quise dejarte de repente...
bajé el telón y tu carisma
entonó un himno para robar mi ego.
Alerta rojo … mi inocencia
hizo ausentarme
dentro de una escalofriante
escafandra de miedo.

Nadería, Juan José Mestre, Buenos Aires, Argentina

El árbol juguetea con los nidos de los pájaros, indiferente a la rutina violentada del acaso. Por momentos, es como si la vida pasara por otras sendas impropias para los vientos que la locura impone por estos días. Nada hay en el horizonte que justifique seguir un sueño y, sin embargo, se sueña. Alucinados los poros de tanta sombra, se vuelven torpes a la hora de empapar la piel con los colores. Paradoja de la suerte y de los símbolos, un colibrí se posa en el pálido vientre de algún lirio…

Reflexionando en haikus - Senén Rodríguez Perini

1
Hoy soy lo que soy
mas mañana quien sabe
que o quien seré.

2
En realidad soy
restos de mi naufragio.
(Pero navego).

3
La vida suma
malas y buenas cosas.
(Siempre compensa).

4
Mil luciérnagas.
Una no ilumina más,
préstale tu luz.

5
Tímida risa,
necesita sonrisas
que la precedan.


6

La flor hermosa
requiere marchitarse.
Cumple su ciclo.

7

¿Que es eterno?
Para la mariposa
tu si lo eres.

Hoy me visita la tristeza - Gregorio Riveros, Venezuela

Hoy está de visita la tristeza
vino a revolcarse con mis lágrimas.
Hoy guardo silencio.
Se metió por la oscuridad de la noche.
Sentada en un rincón de la casa
como de costumbre
jugando con el suplicio
y se quedó en mí.
Voy a resistir su presencia.
Que se arremoline
en el corazón y la garganta.
Hoy jugaré con sus trampas
dejaré que broten lágrimas
que se deleite con la soledad
que se aproveche de mis oscuros pensamientos
y se vuelva un animal nocturno
que se divierta con mis pupilas abiertas
y se vuelvan como el mar
y que no haya salvación.
La dejaré quietesita.
Sin advertencias.
Que agonice.
Que no respire.
Que se ahogue
y se vaya
con la cara llena de agua triste.

Cambios, Valeria Duque Dos Santos, Brasil

Cambié calzado
túnica
armaduras
calles
cadenas
murallas
combates
insignias
oficios
trazos
rutas
caminos
libros
mandamientos
párrafos sin intención
cambié el rostro
del espejo
y la máscara
de la voz
para que permaneciera
el cambio
que redescubre
incertidumbres

Nunca me vieron, Paula Toledo, La Plata, Argentina

Nunca me vieron,
desgarrada
y con mi verdad desnuda.

Nunca me vieron,
calcinada
en el infierno de mis días.

Nunca me vieron,
con lágrimas de espanto
en los ojos de la noche.

Nunca me vieron,
pero yo estaba
en el corazón del muindo.



Del libro "Páramo de luz"

Ante mis pupilas, Norma Marchetti, Buenos Aires, Argentina

Bajo los brillos del cielo y desveladas figuras,
cuando el descaro del tiempo abofetea las dudas.
cuando el reloj se acelera entre átomos insanos
y el sol declina el precepto de amaneceres dorados.

Cuando de intentos y aciertos lleno años afligidos,
cuando reservo en silencios resabios de lo existido.
Cuando mis manos se aferran a un eclipse de historias
y se me escurren intentos perfilados entre sombras.

Cuando el éxodo del tiempo se inicia ante mis pupilas,
cuando los ecos de voces me perpetúan consignas.
Cuando se esfuman las hojas de deshojados otoños,
y se suceden los tiempos como diversos escollos.

Cuando el tirano despoja de placidez de momentos
yo me fundo entre las flores aromadas de deseos.
Y me desplazo serena… desafiando sus intentos,
por cargarme en las espaldas… una cruz sobre los sueños.

La máscara del arte - Nilda Pigazzini, Argentina

Sometidos de idealismo limitamos los placeres,
Vivimos en soledad …
Perdemos la coordinada entre el espacio y el tiempo
Con máscaras de silencio disfrazamos las carencias
Aprendemos a ocultarnos a mentirnos …
Afectando, el arte de ser nosotros
Sin el valor a elegir… Por el temor a perder
Lo mediocre y vulnerable.
Escapamos del amor el tiempo , la libertad
Somos restos , retazos de personajes
Prejuicios inapelables unidos por un cordón.
Caretas contaminantes .Nos enaltecen los premios
Vanidosos del aplauso , perfeccionamos coronas
Olvidando los valores ---
El ego es parte del juego, nos devora el personaje …
Personajes que deambulan sin valores rescatables
Cada vez mas solitarios ,cada vez más insondables
Somos…La sombra de aquellos ,
los que guían el pincel los que
transportan el lápiz …
Aceptamos con orgullo , la profesión de no ser
Y el dolor de no ser nadie .

Mujer, Alberto Guzmán

Yo aprendí de ti la forma justa
de encontrar la luz en medio de las sombras.
Aprendí también que existe algo más
que la roca dura y el concepto de la nada.

Aprendí que se puede tener las manos llenas
y el alma perdida en un espacio muy grande y muy vacío
cuando en esas mano solo existen objetos sin sentido

Pero sobre todo aprendí de ti, mujer,
que todo el Universos se puede comprender
en un gesto, en gesto pequeño de ternura femenina

A una piba maleva, Marcial Salaverri, Brasil

Piba maleva,

que ahora solo busca

los otarios pa' vender tu cuerpito,

buscando la guita pa' morfar...

Fuistes engrupida por un malevo

que se hizo de bacán,

y quieres la revanche...

No quieres otro en tu nido...

El malevaje te hizo mal...

Te llenas de cocá,

porqué la vida que tienes,

te mata el alma...

Pebeta maleva, crées que no tienes

más vida pa' vivir...

Pero si quieres este compadrito,

podemos ganar más guita

bailando gotan...

Sé que sos tanguera,

y bailás muy bien...

Mientras gime el bandoneón,

bailamos en la calle,

y nos tiran monedas...

Pa'morfar siempre ganamos platita...

y puedes dejar la vida que llevás...

Te quiero, pebeta...

Y me ofrezco pa' ser tu gomia...

Soy de tu barrio,

y te conozco desde la niñez...

La casa donde nací, Jorge Humberto, Covina - Portugal

Donde yo nací, las casas estaban
apartadas, unas de las otras.

El suelo era de tierra golpeada

y hasta callaban las piedras,

urdidas en una cierta unión.

De las ventanas hacia afuera, los árboles hablaban
el dialecto de los montes en comunión.
Al perderlos de vista allá reclamaban,
ser ellos del sol, la divina protección.

Un gran hall de entrada y escaleras
suspendidas sin pasamano destacaban
la puerta, de ventanas entonces graduadas.

Y, de vuelta a casa, mi padre, de la serventia,
millares de alegrías, en nosotros culminaba,
y, en la vieja mesa, una gran risa nos atacaba.

Tacos, Luciano Doti, Argentina

Mi virilidad contenida
(el arma),
Mujeres de pantalones ajustados
(el gatillo);
Mi muerte está próxima,
Y ellas (matadoras)
Taconean impunemente.