Blanca Barojiana - España

Quiso llegar la aurora,
blandamente, como apenas rocío
que descarnara el alma de la escarcha.
¡Ay, que mayo no tiene ya silencios!
¡Ay, que los ruiseñores llegaron con su espada
de cuatro filos, cuatro, y cortaron el viento
con la azul tiranía de su risa!
La rosa geométrica se abalanzó imperiosa
sobre el caos y el desorden, y sujetó los vientos
al armónico ritmo de su cíclico imperio.
¡Ay, el azul de mayo,
azul, azul que rompe en alborada!